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Los ecologistas presentan un recurso contra la licencia de actividad concedida a la incineradora de Zabalgarbi

La plataforma Bizkaia Bizirik, que se opone a la construcción de la incineradora de basuras de Zabalgarbi, presentó ayer un recurso administrativo contra la licencia de actividad concedida en noviembre por el Ayuntamiento de Bilbao. Los ecologistas censuran, entre otras cuestiones, la carencia de un estudio detallado del suelo, vegetación y aire de la zona del vertedero de Artigas, donde se ubicará la planta incineradora.

Bizkaia Bizirik afirmó ayer que, 'aunque parece que Zabalgarbi presentó este estudio el 20 de octubre', desconocen su contenido y reivindican la obligatoriedad de que el informe se someta a información pública. 'Por ello pedimos la revocación de la licencia', aseguró ayer un portavoz de la plataforma.

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Los ecologistas, que llevan más de siete años de lucha contra esta infraestructura, reconocen que la licencia de actividad municipal ha establecido más medidas de control que la declaración de impacto ambiental concedida en septiembre por el Gobierno vasco. Sin embargo, censuran que se mantenga la posibilidad de que durante 60 horas anuales se superen los límites contaminantes, 'que no haya control de entrada de productos tóxicos y peligrosos, aunque sí exista de los reactivos' y los mecanismos de medida en las chimeneas de la planta, 'porque hay control en la base, y no en la parte superior como debe ser, en dos chimeneas pero no hay ninguno en la tercera, que funciona de reserva'.

El consistorio tiene un plazo de seis meses para responder al recurso aunque puede optar por el silencio administrativo, lo que supone automáticamente un dictamen negativo. En tal caso, Bizkaia Bizirik anunció que interpondrá un recurso contencioso-administrativo en los tribunales.

La incineradora de basuras de Vizcaya ha superado los dos últimos trámites importantes -la licencia de actividad y la declaración de impacto- y sólo resta el permiso de obras, que se suele otorgar rápidamente, para que comience su construcción. Esta infraestructura prevé quemar 228.000 toneladas anuales de basura y costará alrededor de 25.000 millones.

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