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EL 'SÍNDROME DE LOS BALCANES'

España conocía desde 1999 el riesgo del uranio empobrecido en Kosovo

Miguel González

'¿Cómo vamos a analizar las causas si no tenemos efectos?', se preguntó ayer el coronel Villalonga. El Ministerio Defensa ofreció una curiosa muestra de transparencia informativa: convocó una conferencia de prensa ayuna en datos. El responsable sanitario militar admitió que no se está examinando a los 32.000 militares que han pasado por los Balcanes, sino sólo a una 'amplia muestra representativa', pero se cerró en banda cuando se le preguntó, repetidamente, cuántos individuos componen dicha muestra o cuántos han sido ya examinados. Esta información, que desdeñó como poco relevante, se reserva para la comparecencia ante el Congreso del ministro de Defensa el próximo martes.

El coronel Villalonga sí aseguró que todos los análisis han dado hasta ahora resultado negativo. ¿Negativo respecto de qué?, se le interrogó. 'Respecto a lo más sensible y específico', dijo. Lo que se buscan son alteraciones producidas por la toxicidad química del uranio, que afecta prioritariamente al funcionamiento renal. En una fase posterior del estudio, que aún no se sabe si llegará a acometerse, se harán análisis con un espectrómetro de masas, que ha sido adquirido de urgencia por Defensa.

La docena de afectados de cáncer computados por la Oficina del Defensor del Soldado entra dentro de la normalidad, según Villalonga. Por cada 100.000 varones de 20 a 29 años se producen entre 35 y 40 casos anuales de cáncer, aseguró. 'Nuestro universo es de algo más de 30.000. Hagan ustedes el cálculo'. La cifra que no citó es 12,8 al año.

Aunque, para Defensa, no debe especularse con la causa del síndrome de los Balcanes porque 'no hay caso', el coronel aseguró que se adoptaron 'medidas de protección' cuando, en mayo de 1999, EE UU advirtió a sus aliados sobre el uso y toxicidad del uranio empobrecido. Por eso, el primer contingente llegado a Kosovo llevó un equipo de especialistas que no detectó radiactividad anormal en su zona.

El reconocimiento de que este asunto era ya conocido entonces contradice lo manifestado por el propio Gobierno en una respuesta parlamentaria a IU de fecha tan posterior como el 26 de mayo de 2000. Dos meses después, el Ejecutivo admitía, en otra respuesta al Congreso, que ni tenía ni había pedido nunca los mapas con la localización de los objetivos bombardeados con uranio empobrecido, pese a su afirmación tajante de que no había ninguno en el área española.

Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, dejó ayer clara la posición española de que sea la OTAN y no la Unión Europea la que trate el llamado síndrome de los Balcanes. 'Le corresponde a la OTAN analizar si existe una relación de causa-efecto entre el empleo de esas armas y las enfermedades que se les atribuyen. Es lógico que algún país pueda plantear inquietudes en el seno de la UE, pero es la OTAN la que debe aclarar este asunto', indicó el ministro, informa Peru Egurbide.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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