Decenas de miles de israelíes claman contra la partición de Jerusalén
En los alrededores de la puerta de Yaffa, numerosos jóvenes coreaban a un grupo que intercalaba canciones patrióticas con música pop. Abundaban también las familias: los padres, tocados con la kipa, y las madres, con la cabeza cubierta y faldas hasta los pies. Y no faltaban los colonos, distinguibles por sus fusiles en bandolera. Todos, con un objetivo común: que su país no devuelva el sector oriental de Jerusalén a manos árabes.
'Estoy aquí para mostrar que hay cientos de miles de personas en desacuerdo con cualquier partición de Jerusalén y que hasta ahora hemos sido una mayoría silenciosa', aseguraba Meir, un agente inmobiliario. La convocatoria atrajo a gente de todo Israel e incluso del extranjero, y aunque no se alcanzaron los 250.000 anunciados, los miles de asistentes se notaban en una ciudad de 600.000 habitantes, un tercio de ellos, palestinos.
Bajo el lema 'Jerusalén, te juro fidelidad', el Foro Nacional por Jerusalén logró el respaldo no sólo de ultranacionalistas y religiosos, sino también de la asociación que agrupa a las principales organizaciones judías de EE UU. Su líder, Ron Lauder, estuvo en la manifestación, celebrada en torno a la Ciudad Vieja; también asistió el ex primer ministro conservador Benjamin Netanyahu. La policía impidió que una cadena humana rodeara el recinto, en el que se eleva el lugar sagrado que los musulmanes llaman Explanada de las Mezquitas, y los judíos, Monte del Templo, para evitar choques con los palestinos. Aun así, hubo un incidente en el que tres palestinos resultaron heridos. La policía detuvo a varios judíos.
La respuesta palestina se conoció horas antes. El muftí de Jerusalén, jeque Ekrima Sabri, hizo pública una fetua (decreto religioso islámico) en la que establece que la Explanada de las Mezquitas, incluido el Muro de las Lamentaciones, pertenece a los musulmanes: 'El hecho de que los judíos ocupen Palestina, sus mezquitas, en especial Al Aqsa, no les da derecho sobre ellas y no pueden negar lo que pertenece a los musulmanes'. Israel ocupó el sector árabe de Jerusalén tras la guerra de 1967 y lo anexionó en 1981.
Jerusalén es, junto a los refugiados, el principal escollo que ha encontrado el presidente Bill Clinton en su intento de arreglar el conflicto antes de abandonar la Casa Blanca. Por su parte, los palestinos reiteraron ayer su rechazo al plan de paz estadounidense.
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