Guía de paciencia para reconocer a Job

El arte contemporáneo acarrea el sambenito de críptico y se le reprocha que tenga que acudirse a las explicaciones escritas para entender el sentido de la obra. No es el único. Son ya abundantes las generaciones que jamás oyeron hablar de la Historia Sagrada y tampoco es fácil, para los que la estudiaron, identificar no sólo el sentido último de una obra religiosa, sino incluso la escena o el personaje que aparece representado. Saber, por ejemplo, que un viejo enfermo acompañado a veces sólo por un perro que le lame las llagas y un diablo que le atormenta es Job, personaje del Antiguo Testamento que representa la paciencia y la fe en Dios, puede no ser tarea fácil para algunos, y aún más complicado es identificar a los múltiples santos.

Consciente de que la historia del arte occidental está en gran parte ligada a la historia del cristianismo y, en consecuencia, para entenderla y disfrutarla no bastan los criterios estéticos o históricos, la editorial El Acantilado acaba de publicar un manual de uso de la iconografía cristiana escrito por el historiador Luis Monreal y Tejada.

'Iconografia del cristianismo nació de un encargo directo', afirmó Luis Monreal en la presentación. 'He tardado seis años en hacerlo, y no por negligencia o pereza, sino por la complejidad del tema. También he estado a punto de abandonar varias veces. Lo cierto es que el tema es tan apasionante que hubiera necesitado 20 años y, con el tiempo que he tenido, ha salido este manual de iniciación al conocimiento de la iconografía, que espero que pueda ser de utilidad'. La iniciativa del libro fue del editor Jaume Vallcorba, que se dejó aconsejar a la hora de elegir al autor por el filólogo y académico Martí de Riquer, para quien en el libro de Monreal 'nada sobra ni nada falta'.

Escrito de forma amena y didáctica, el libro está ordenado en seis grandes apartados e incluye también ilustraciones de Alberto Romero basadas en obras originales. El primer apartado es una entretenida introducción al tema en la que de forma somera se describe la evolución estilística del arte cristiano, las normas que rigen su iconografía, que, pese a la variedad estilística, deben ser siempre reconocibles para los fieles, y las fuentes en que se inspira. Le siguen los apartados dedicados al Antiguo y al Nuevo Testamento y acaba con los capítulos dedicados a los santos, extensísimo, ya que incluye 550 nombres, y a los atributos, temas y símbolos. Este último apartado es importante porque, combinado con los anteriores, permite identificar de forma más o menos rápida al personaje buscado.

La guía pretende ser de utilidad para todo tipo de personas, estén o no familiarizadas con la Historia Sagrada, y de su necesidad da cuenta el hecho de que, al mismo tiempo en que Monreal elaboraba su manual, se publicaban en España otros títulos que, en su mayor parte, son traducciones, siendo la más destacada Iconografía del arte cristiano, que publicó el francés Louis Réau en 1957 y que Ediciones del Serval editó en 1998.