El ejemplo de Madrid

La Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, ha puesto en marcha su propio horno incinerador para cumplir la normativa europea que regula la eliminación de las reses muertas en las explotaciones ganaderas. El director general de Agricultura, Javier García Cañete, explicó que, en cumplimiento del Real Decreto 1911/2000, el nuevo horno ha pasado todos los controles de seguridad.

'Cuando muere un animal en una explotación, lo recogemos y lo llevamos al horno de Las Dehesas, donde es sometido, como señala la normativa, a una temperatura mínina de 133 grados y tres bares de presión', explica García Cañete. 'Así no hay ninguna posibilidad de que sobreviva el prion'.

El complejo proceso de combustión de esta planta, según la Comunidad de Madrid, asegura la no emisión de gases contaminantes a la atmósfera. Tiene una capacidad de tratamiento de unos 500 kilogramos por hora y un sistema de depuración (cámara de poscombustión) en donde los gases se someten a 1.000 grados de temperatura, con un exceso de oxígeno del 6%, y un tiempo de combustión de al menos dos segundos.

Posteriormente, y con el fin de que ningún gas contaminado pueda salir al exterior, se neutralizan con hidróxido cálcico y son obligados a atravesar un filtro que detiene las partículas sólidas producidas por la combustión. Unas 10 reses son incineradas cada día en este horno. En Madrid, no se entierra a ningún animal.