Arafat acepta con reservas el plan de Clinton y Barak estudia su respuesta
El líder palestino era renuente a viajar a Washington. 'Lo ha hecho para no quedar como la parte intransigente', confesó a EL PAÍS Salah al Tameri, miembro del Consejo Legislativo Palestino y veterano luchador de Al Fatah. 'No hay más concesiones que podamos hacer', aseguró. Sin embargo, mientras el presidente palestino viajaba hacia El Cairo, la capacidad de persuasión de Clinton se hizo evidente. 'Hemos comunicado nuestro acuerdo de principio a las propuestas con nuestras propias explicaciones e interpretación de las mismas', reconocía el representante de la Autoridad Palestina en EE UU, Hasan Abdel Rahman.
De acuerdo con fuentes palestinas en Gaza, Clinton ha propuesto a Arafat que negociadores israelíes y palestinos celebren una ronda de contactos intensiva durante los próximos 10 días bajo el patrocinio de Estados Unidos. El objetivo inicial sería reducir el nivel de violencia para crear una atmósfera favorable a la reanudación de las negociaciones. Además, Clinton ha sugerido que los mismos equipos discutan las reservas formuladas por ambas partes. 'Las dos partes han aceptado ahora las ideas del presidente y eso representa un progreso', declaró el portavoz de la Casa Blanca, Jake Siewert. No obstante, precisó que aún hay mucho trabajo por hacer y que será difícil llegar a un acuerdo a menos que cese la violencia. Precisamente, un compromiso de Arafat en ese sentido fue lo que permitió a Clinton convencer a Barak para reanudar los contactos. El líder palestino habría aceptado la creación de un organismo trilateral de oficiales superiores para impedir los actos terroristas.
Tras una conversación telefónica de 45 minutos con Clinton, el primer ministro israelí convocó al gabinete de paz. Esta instancia, formada por ministros y personalidades implicadas en las negociaciones con los palestinos, decidió enviar a Washington a Guilad Sher, uno de los jefes negociadores israelíes junto al ministro Shlomo Ben Ami. Pero tal como Ben Ami dijo desde Estocolmo, 'la firma de un acuerdo en los próximos días sería un milagro'.
Desde que el pasado 23 de diciembre Clinton les expuso su plan, los palestinos han objetado que se les exija renunciar al derecho de retorno de los refugiados, la ambigüedad de la soberanía sobre el Haram el Sharif (Noble Santuario) y la falta de continuidad territorial de su Estado. Clinton siempre dejó claro que sus propuestas había que aceptarlas como estaban y en ese convencimiento se produjo la aceptación israelí cinco días más tarde. Cualquier posible cambio podría hacer retractarse a Barak. Las posibilidades de que Arafat haga nuevas concesiones son también escasas a la vista de la oposición que las propuestas han suscitado entre los palestinos de dentro y fuera de los territorios autónomos. Tal vez por ello, el líder palestino busca el respaldo del resto del mundo árabe. Anoche le esperaban en El Cairo los nueve ministros miembros del comité de la Liga Árabe encargado del seguimiento del proceso de paz para conocer de primera mano los términos de su aceptación.
Convencido de que Arafat no aceptaría las propuestas de Clinton, Barak ha dado el visto bueno para extender a los altos funcionarios de la Autoridad Palestinos los 'asesinatos selectivos' contra responsables de ataques terroristas contra israelíes. 'Quienes estén detrás, hayan ejecutado o planeado atentados terroristas, constituyen objetivos, declaró el viceministro de Defensa, Efraim Sneh. 'Es la forma más eficaz, precisa y justa', añadió. Preguntado si Arafat estaba incluido en esos objetivos, Sneh no descartó la posibilidad. Hasta ahora, la guerra sucia se ha limitado a funcionarios y activistas de Al Fatah, el principal animador de la Intifada.
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