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Bush alerta sobre la recesión en EE UU

Demostrando que comparte los temores de Bush, la Reserva Federal bajó ayer por sorpresa sus tipos de interés. Aunque la Casa Blanca de Bill Clinton, a la que le quedan dos semanas, señaló que Bush 'exagera por motivos políticos' la situación, la Reserva Federal, el banco central estadounidense, que preside Alan Greenspan, rebajó ayer el precio del dólar para hacer frente a los manifiestos síntomas de enfriamiento económico. Fue una confirmación de los temores del presidente electo y un regalo para el inicio de su mandato.

Esta transición a la inversa entre el Gobierno de Clinton y el Gobierno de un miembro de la familia Bush está ofreciendo muchas curiosidades. Una de ellas es que, a comienzos de 1993, el primer presidente Bush le dejó a Clinton un país que ya salía de la recesión, pero que tenía un enorme déficit presupuestario, y ahora Clinton le lega al segundo Bush un superávit presupuestario sin precedentes, pero una economía que comienza a renquear.

Aunque quepa un debate sobre la gravedad de los síntomas, las caídas en la producción industrial, el consumo de los particulares, las cotizaciones en Wall Street y el valor del dólar frente al euro confirman que la primera economía del planeta no goza ahora de la exuberante salud que ha caracterizado los ocho años de presidencia de Clinton. Así lo expresaron ayer muchos de los empresarios reunidos por Bush en Austin, que, como cabía de esperar, escucharon con delectación la idea de una rebaja general de impuestos.

El encuentro, que continuará hoy, se celebró a puerta cerrada, toda una diferencia con la que, en diciembre de 1992, sostuvo el entonces presidente electo Clinton con el empresariado estadounidense. Y es que a Clinton, gran actor, le encantan los micrófonos y las cámaras, mientras que Bush no termina de dar bien en televisión y vive con el constante temor de trabucarse con las palabras o los datos. Una vez instalado en la Casa Blanca, el próximo día 20, Bush tendrá que demostrar que, en materia de poder político, el hábito hace al monje.

Señal de desvanecimiento

Los datos, no obstante, parecen confirmar los augurios del vencedor por los pelos de las elecciones del 2000. La Asociación Nacional de Gestión de Compras informó el martes que el índice de la actividad industrial de EE UU está en su nivel más bajo desde abril de 1991, otra señal del desvanecimiento del periodo de vacas gordas. Las ventas de Navidad, en comercios tradicionales o en el ciberespacio, tampoco han sido eufóricas, afirmaron ayer los empresarios reunidos en Austin.

Las ideas de Bush sobre rebaja de impuestos y promoción del libre comercio gustaron a sus invitados. Sobre el cónclave flotaba también la convicción de que Greenspan debería utilizar el instrumento en su poder para atajar los riesgos de recesión: la reducción de los tipos de interés. Greenspan no se hizo de rogar y ayer mismo abarató el precio del dólar.

La idea de Bush, eco de la aplicada por Ronald Reagan en los años ochenta, es que una rebaja masiva de impuestos inyectará dinero en la inversión y el consumo, estimulando el crecimiento y la creación de empleo. Por primera vez, la minoría demócrata en el Congreso, a través de Dick Gephardt, señaló ayer que comparte la preocupación del presidente electo por la desaceleración económica. Gephardt aceptó la necesidad de un recorte fiscal, aunque no del tamaño propuesto por Bush, unos 1,3 billones de dólares en los próximos diez años. 'Creo que necesitamos una rebaja de impuestos', dijo Gephardt. 'No conozco el tamaño exacto, pero es posible que deba ser mayor que lo que deseábamos los demócratas, porque la recesión está asomando la cabeza', añadió.

La mayoría republicana en el Congreso ya intentó el pasado año promover un recorte de impuestos, pero su acción fue vetada por Clinton. Ahora Gephardt se declara dispuesto a negociar con Bush y los legisladores republicanos. 'Los que más necesitan un respiro fiscal son las familias trabajadoras de clase media, pero podemos alcanzar un compromiso para que todo el mundo consiga algo de lo que desea', declaró el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes.

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