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Las mujeres se incorporan al Ejército alemán por primera vez

Pilar Bonet

Por primera vez en la historia, las mujeres se incorporaron ayer al Ejército alemán sin restricciones y en condiciones de igualdad con sus compañeros masculinos. Con la llegada a los cuarteles de 244 mujeres, contratadas como soldados y suboficiales, se cumplió la sentencia dictada hace un año por el Tribunal de Justicia Europeo, que obligó a Alemania a modificar la ley fundamental y a abrir a las mujeres las puertas de la Bundeswehr.

Hasta ahora, Alemania sólo admitía las mujeres en el Ejército en calidad de personal sanitario o musical. Actualmente, unas 4.350 trabajan en sanidad y unas 60 en bandas de música militares. De las recién ingresadas, que han firmado contratos por un mínimo de dos años, 151 van destinadas al Ejército de Tierra; 76, a la Aviación, y 17, a la Marina.

El primer contingente, que se irá ampliando de forma paulatina, pertenece al grupo de 798 mujeres que superaron los exámenes de aptitud el pasado agosto. Con algunas excepciones en las pruebas deportivas, los criterios para admitir a hombres y mujeres son los mismos. Las solicitantes iniciales fueron unas 1.500 mujeres, cifra que portavoces militares consideran relativamente baja.

La primera potencia económica de Europa está lejos de ser un país pionero en lo que a la incorporación de las mujeres al ejército se refiere. Siete países de la OTAN ya tienen soldados del sexo femenino, y de ellos España, Noruega y Hungría las acogen sin limitación de ningún tipo, a diferencia de Reino Unido y Estados Unidos, donde las mujeres no pueden ser empleadas directamente en acciones de combate contra tropas de tierra y en los submarinos. El responsable del Ejército en el Bundestag (Parlamento federal), Willfried Penner, calculó ayer que las mujeres llegarán a ser con el tiempo entre un 7% y un 10% del total de los efectivos humanos de la Bundeswehr. El Ejército alemán tiene actualmente unos 320.000 hombres, de los cuales 195.000 son soldados profesionales y por contrato.

Ropa interior

Los cuarteles han sido adaptados para la llegada de las mujeres con retretes para damas. A diferencia de los mozos, que pueden elegir entre llevar la ropa interior del ejército o recibir una cantidad para comprársela ellos mismos, las mujeres sólo tendrán la segunda posibilidad. Un oficial de la Bundeswehr dio a entender ayer que a la intendencia militar le resulta complicado afrontar la diversidad de tallas de sujetador.

El acceso a las armas de las mujeres ha sido posible gracias a la demanda de la ingeniero electrónico Tanya Kreil, que en 1966 fue rechazada en el ejército por razón de su sexo. Kreil acudió a los tribunales y llegó hasta el Tribunal Europeo de Justicia. De acuerdo con las modificaciones introducidas en la Constitución y la ley del soldado, las alemanas pueden servir en el ejército, pero no están obligadas a ello, a diferencia de los hombres, para quienes está vigente la mili obligatoria.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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