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LA CRISIS DE ORIENTE PRÓXIMO

El partido de Arafat cree que la paz sólo será posible cuando el Likud recobre el poder en Israel

Ángeles Espinosa

'No tendremos paz con los palestinos hasta que haya un primer ministro del Likud', asegura Saher Habash, Abu Nizar, jefe del departamento ideológico de Al Fatah y su responsable en Ramala. En su opinión, sólo un líder fuerte de la derecha será capaz de lograr el respaldo de los israelíes para un acuerdo. Y pone como ejemplo el tratado de paz con Egipto que firmó Menahem Beguin. Considera necesario 'un cambio de mentalidad de la sociedad israelí' para que acepte los derechos palestinos.

Abu Nizar da la vuelta al argumento según el cual los palestinos deben aprovechar la oportunidad porque un eventual Gobierno israelí presidido por el halcón Ariel Sharon no les sería tan favorable. 'Son los israelíes quienes deben comprender la importancia de alcanzar un acuerdo con Arafat y la actual dirección palestina que está legitimada por 36 años de lucha, porque si no tendrán que vérselas con el movimiento islámico, y para ellos todo el territorio de la Palestina histórica es wafq (lugar sagrado) y no aceptan la presencia judía', asegura.

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El dirigente palestino recibe a EL PAÍS poco después de una concentración de Al Fatah en Ramala. Allí, como en el resto de las ciudades de Cisjordania y en Gaza, se ha rendido homenaje a los mártires (muertos en la lucha contra la ocupación israelí) y se ha renovado el compromiso de seguir luchando por la independencia. Representantes de casi todos los grupos palestinos, incluido Hamás, estaban presentes junto a los líderes del partido gubernamental.

'Al Fatah cortará la mano a quien firme un acuerdo que perjudique a los refugiados o comprometa la soberanía sobre Jerusalén', declaró Marwan Barghuti, responsable del Tanzim (El aparato), la milicia de Al Fatah. Los discursos inflamados y la presencia de varias decenas de milicianos, armados y cubiertos con pasamontañas negros, contradecían el camino diplomático que llevó a Arafat a viajar de madrugada a Washington para entrevistarse con el presidente Bill Clinton. El líder palestino adoptó esa decisión después de entrevistarse con Javier Solana y de recibir una llamada del propio Clinton. 'Hemos estado reunidos durante casi tres horas y creo que se ha salido de la situación de bloqueo de estos días pasados', declaró a este diario el enviado europeo sin poder ocultar su satisfacción. 'Arafat sigue teniendo las mismas dudas, pero al menos ha aceptado viajar a Estados Unidos', matizó no obstante Solana, que esta madrugada tenía previsto reunirse en Jerusalén con el primer ministro israelí, Ehud Barak.

Abu Nizar descartaba, sin embargo, que en los próximos días el presidente palestino pueda dar una respuesta positiva a Bill Clinton, y se mostró convencido de que el comité ministerial de la Liga Árabe que se reúne el próximo jueves en El Cairo va a respaldar esa actitud. 'Mubarak también lo ha hecho, aunque al principio nos presionó, como otros líderes árabes y europeos, para que aceptáramos, cuando Abu Ammar [apodo de Arafat] le mostró los mapas dibujados por los israelíes', asegura sin esconder un cierto malestar porque los europeos no hayan comprendido que 'los israelíes quieren crear un nuevo marco de referencia', al margen de las resoluciones de la ONU.

Mientras tanto, en Israel crecían las voces contrarias a las actuales negociaciones y a la actitud de Barak. A las algaradas de los colonos y los extremistas religiosos se sumaba, desde el ámbito político-legal, la crítica del asesor jurídico del Gobierno, Eliakim Rubinstein. En una carta personal dirigida a Barak, y que fue difundida por la radio estatal israelí, Rubinstein cuestiona que un primer ministro saliente y a un mes de las elecciones, tenga capacidad para firmar un acuerdo de esa envergadura.

Apoyo a Barak

El alto responsable jurídico (una suerte de fiscal general) reconoce que no hay un impedimento legal explícito, pero considera que se trata de una extralimitación. Sin embargo, el ministro de Justicia, el laborista Yosi Beilin, salió al paso de estas declaraciones y expresó su apoyo al jefe del Gobierno. Barak, por su parte, dejó entrever cierta dosis de impaciencia con la actual situación. 'Hacen falta', dijo a los periodistas, 'nervios de acero para saber si los palestinos se encaminan a continuar negociando o a un callejón sin salida'.

Desde el despacho de Abu Nizar se oyen disparos. No está claro si provienen de las celebraciones de Al Fatah o del cercano frente de El Bireh, uno de los puntos en que los palestinos llevan tres meses enfrentándose a los israelíes. 'No quiero que esta Intifada dure siete años como la anterior, ni siquiera siete meses, pero no acabara a menos que Israel reconozca los derechos del pueblo palestino de acuerdo con la legalidad internacional y las resoluciones de la ONU', asegura, sin prestar atención al sonido de las balas.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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