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El Ayuntamiento abre expediente por la caída de piedras en la Sagrada Familia

El departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona ha abierto un expediente para esclarecer las causas por las que el pasado miércoles cayeron dos piedras de gran tamaño de la fachada del templo de la Sagrada Familia sobre un taller. "En las obras siempre hay problemas y estas cosas pueden pasar, pero nosotros, aunque sé que esto puede hacer reír a mucha gente, confiamos en la Providencia", afirma Jordi Bonet Armengol, arquitecto responsable de las obras del templo. Bonet se reafirma en la teoría de que un remolino de viento fue el causante del accidente.

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Tanto los técnicos responsables de la obra como los del Ayuntamiento de Barcelona, cuyo departamento de Urbanismo ha abierto un expediente para averiguar las causas del accidente, coinciden en que la seguridad está "totalmente" garantizada con vistas a la misa diocesana que mañana reunirá a unas 5.000 personas en el interior del templo y a 15.000 en su exterior. El público que seguirá la misa desde la calle de Marina podrá acceder después al interior para contemplar la nave de 45 metros de altura construida en la última década.Un portavoz municipal señaló ayer: "Tenemos un certificado del arquitecto responsable de las obras, Jordi Bonet Armengol, que garantiza la seguridad del templo para poder celebrar la ceremonia religiosa. Este informe coincide con el que han realizado los técnicos del distrito del Eixample. Tenemos que confiar en que, efectivamente, no hay peligro". El Ayuntamiento de Barcelona no dispone todavía de un informe de las causas que provocaron la caída de las piezas. "De momento no se puede adelantar ninguna hipótesis", afirman fuentes municipales.

Error humano

El empeño por celebrar en el interior del templo la misa diocesana, que oficiará el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, ha motivado la aceleración de las obras en la nave central del templo, cuyos primeros 1.500 metros cuadrados de bóvedas están ya prácticamente acabados. La pieza que se desplomó se encontraba, precisamente, en la parte final de la nave central, que hasta hace pocas semanas se encontraba cubierta por andamios que impedían la espectacular vista de las bóvedas. Según alguna de las hipótesis que manejan los técnicos responsables de la investigación, la pieza pudo ceder debido a un error humano al retirar los andamios. Al parecer, se retiraron también algunos de los anclajes que la fijaban, por lo que quedó a merced del viento. En previsión de que esta circunstancia se repitiera, los responsables de las obras han revisado las otras piezas que pudieron haber quedado en la misma situación.

"Hemos extremado todos los controles", afirma Bonet Armengol, quien asegura que en estos momentos no hay ningún peligro e insiste en la versión de que el único culpable de los hechos fue "un extraño remolino de viento", imprevisible, que movió la pieza y causó el accidente. "Hay cosas que el hombre nunca podrá saber", afirma Bonet. "Lo que es una pena es que estemos realizando una construcción tan compleja, de 20.000 metros cuadrados, y por una cosa que ha pasado en 0,2 metros cuadrados se haya armado todo este revuelo", añade. "La obra es muy compleja y delicada. Un incidente así ocurre en muchas obras. Afortunadamente, no pasó nada; aunque, al caer sobre la uralita, la piedra produjo un gran estruendo y eso alertó a los vecinos".

Las obras han continuado en el templo hasta el último momento

Las obras continuaban ayer a todo ritmo en el templo; sin embargo, para evitar imprevistos, se decidió que no se colocaría la vidriera que representa la Resurrección, que debía estar instalada en el ala de la fachada de la Passió, cuya parte exterior está decorada con obra escultórica de Subirachs (también se estaba acabando de instalar la última puerta de bronce que ha realizado el artista para esta fachada).Asimismo continuaban a todo ritmo los preparativos de la misa multitudinaria que se celebrará el día 31 para despedir el Año Jubilar. Esta ceremonía religiosa, a la que ha anunciado su asistencia el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, será la primera que se celebre a cubierto en el recinto. Para acomodar a los asistentes, se han dispuesto sillas de tijera y el suelo se recubrirá de alfombra roja. También se ha instalado una iluminación provisional, especial para este acto, con el fin de que pueda apreciarse el interior de la iglesia. El altar se ha situado en el transepto, al inicio del ábside, que aún está cubierto por andamios.

Pese a las noticias del accidente, estos días no han disminuido las oleadas de turistas que acuden al templo. Según señaló ayer Jordi Bonet Armengol, se calcula que este año han visitado la Sagrada Familia 1,5 millones de personas.

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