Una piedra de 250 kilos de la Sagrada Familia cae desde 40 metros sobre el taller de las obras
Fue de madrugada y esta circunstancia evitó que el accidente causara daños a los obreros que trabajan en la construcción del templo de la Sagrada Familia. Una enorme pieza de hormigón arquitectónico que remataba la decoración de uno de los ventanales de la nave central, en construcción, se precipitó desde unos 40 metros de altura y abrió un gran boquete en el techo del taller de las obras, que a aquella hora se encontraba vacío. Otra pieza de mayor tamaño y peso también se desprendió, pero no pasó de los andamios, por lo que pudo ser retirada.
"Esta madrugada, posiblemente un raro remolino de viento ha provocado el giro y desplazamiento de una pieza del ventanal de la nave central que estaba en proceso de construcción. Pese a que esta pieza, situada en el extremo de la construcción, no ha caído, su movimiento ha facilitado que la pieza contigua se precipitara sobre el techo del taller de la obra, sin otra consecuencia que su rotura y la de parte de la cubierta de uralita del taller. Pese a este incidente, consideramos que las medidas de seguridad de la obra son las adecuadas y creemos que, razonablemente, no volverá a producirse un hecho parecido". Este escueto comunicado de prensa de la dirección facultativa de la obra ha sido toda la información que sobre las causas del suceso ha facilitado oficialmente el templo. El accidente se produjo hacia la una de la madrugada del miércoles. En aquel momento, efectivamente, soplaba un fuerte viento en la zona, y un gran bloque de hormigón se desprendió de la fachada de la Gloria, que será la principal del templo expiatorio y está situada en la calle de Mallorca. Según explicó ayer la responsable de comunicación del centro, Teresa Martínez, el vigilante avisó inmediatamente a los técnicos de las obras y fueron los vecinos los que llamaron a los Bomberos de Barcelona al advertir que otra pieza había quedado entre los andamios. Para evitar posibles daños, la Guardia Urbana cortó al tráfico la calle de Mallorca entre las de Sardenya y Marina hasta pasadas las nueve de la mañana, hora en que los técnicos de la obra acabaron de retirar con una grúa la pieza suspendida.
Confusión
Según el parte facilitado por los bomberos, fueron tres las piezas que se movieron, de las que dos cayeron y una quedó retenida por la estructura de los andamios. Un responsable de mantenimiento del templo aseguró ayer que sólo cayó una pieza, aunque quedó partida en múltiples trozos, lo que, afirmó, pudo confundir a los bomberos. La confusión sobre los hechos afecta también a las causas del desprendimiento, pendientes aún de un informe técnico más completo, si bien la preocupante hipótesis inicial es el viento. "No nos explicamos qué ha podido pasar", explicaba ayer Teresa Martínez, quien afirmó que las piezas, que imitan piedra natural, fueron colocada hace dos años. Se trata, en todo caso, de piezas ornamentales que no tienen ninguna relación con la estructura, por lo que ésta no ha sufrido ningún daño. Estos elementos estaban apuntalados, aunque no consolidados, ya que para ello se precisa la continuación de las obras de la pared de la fachada. En las mismas condiciones de inseguridad se encontraba el otro elemento decorativo que, de forma simétrica, remata la otra parte del ventanal, por lo que los técnicos de la obra lo aseguraron para evitar posibles desprendimientos.
Pese a las vacaciones navideñas, estos días trabajaban en la Sagrada Familia entre 25 y 30 personas que estaban ultimando los preparativos para la jornada diocesana que se celebrará en el templo el 31 de diciembre. Ese día el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, celebrará una misa solemene a la que está prevista la asistencia de unos 4.000 fieles, por rigurosa invitación, que ocuparán la nave central de la basílica y parte del crucero. Precisamente esta celebración ha motivado que se acelerasen las obras en los últimos meses y que se retirasen ya parte de los andamios en esta zona. Los asistentes al acto, el primero que se celebrará a cubierto, podrán contemplar las bóvedas con forma de palmeral que cubren la impresionante nave. Está previsto que sus 4.500 metros cuadrados queden totalmente libres de andamios en el año 2007, fecha en que se abrirá al público esta zona del templo, cuyas obras podrían finalizar dentro de 50 años.
El arzobispado de Barcelona adjuntó ayer su propia nota a la de la dirección de la obra. En ella aseguraba que, en vista de los informes de los arquitectos del templo, se mantendrá la celebración de la jornada diocesana. De hecho, los responsables de la Sagrada Familia se esforzaban ayer por mantener la normalidad. Las obras continuaron, y también las visitas turísticas -en estas fechas son muy numerosas-, que siguen un recorrido alejado del área de obras.
Éste es el segundo accidente importante que se produce en el recinto del templo en los últimos años. El 30 de julio de 1994 un niño falleció aplastado por una escultura cuando visitaba el Museo Gaudí de la Sagrada Familia. El juez absolvió por falta de pruebas a los acusados, un arquitecto y un modelista del templo, pero en la sentencia se señalaba que se daban los requisitos necesarios para poderles imputar una falta de imprudencia y se destacaba la falta de seguridad del museo, en la actualidad solucionada.
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