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El supermercado de los pobres

Hay en Huelva un supermercado en el que diariamente se puede comprar un litro de leche a 20 pesetas; un pollo de dos kilos a 150; un litro de aceite de oliva a 73 y todos los avíos para un puchero a 120. Ese establecimiento, además, está atendido por graduados sociales, amas de casa, abogados e incluso por algún ex concejal del Ayuntamiento de Huelva. El economato se llama Resurgir y está en la calle San Andrés, 26. Es el supermercado de los pobres.El público adquiere los productos en esa tienda al 25% de su valor real, sin el coste añadido de los gastos de alquiler, de personal o del margen de beneficios para la empresa. Ese establecimiento, que abrió sus puertas el pasado 15 de marzo, es una iniciativa de un grupo de 110 socios, la mayoría movidos por su moral cristiana o socialista, que se han propuesto llegar donde no alcanza la política o la propia actuación de la iglesia: a los más desfavorecidos.

Y tratan de hacerlo de una manera que no afecte a la dignidad de las personas. Están en contra de las limosnas. Pero a favor de los precios bajos. Porque en Huelva hay datos sociales para la preocupación. Los promotores de Resurgir solicitaron meses atrás la realización de una encuesta sobre el índice de pobreza en la ciudad al profesor de la Facultad de Sociología de la Universidad de Huelva, Francisco Cruz Beltrán. Durante seis meses, unos 100 estudiantes de la Escuela de Trabajo Social peinaron la capital. El resultado fue que en Huelva hay unas 22.000 personas cuyos ingresos son insuficientes para llegar a fin de mes. Malviven y, en ocasiones, casi no comen.

"El economato tiene un objetivo solidario. Muchos nos podemos considerar como unos privilegiados. Tenemos un puesto de trabajo, un proyecto de vida. Pero hay quien no tiene recursos económicos ni para comer. Nosotros hemos intentado acercar la dignidad a la pobreza, reciclar el viejo concepto de limosna", explica Manuel García Villalba, graduado social, uno de los promotores de Resurgir, que ayer hacía las veces de dependiente.

De los 110 socios, son unos 30 los que se implican diariamente en el mantenimiento de la tienda. Hay en el economato, sobre todo, productos de alimentación, de aseo personal y de limpieza de la casa.

El supermercado cubre a 1.500 personas de escasos ingresos. Los promotores, tras el éxito de la iniciativa, buscan ahora el apoyo de las distintas administraciones para conseguir un local más amplio. Todo está informatizado. Cada cliente cuenta con una ficha. Los promotores realizan un riguroso estudio de los ingresos, del número de miembros de la familia y de los gastos fijos para autorizar o no al solicitante a ser cliente del establecimiento.

"Conozco el caso de una familia de cuatro componentes. La madre, trabajadora de mediana edad, queda de repente inválida por un accidente. Tiene tres hijos. Recibe una pensión de 54.000 pesetas mensuales. Pero ha de atender a los siguientes gastos fijos: 35.000 pesetas de alquiler del piso y 5.000 destinadas a agua, luz y gas. Le quedan unas 14.000 pesetas. No pueden comer ni dos veces al día", asegura García Villalba.

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Para casos así está el economato. Los socios, y una serie de organizaciones, como Cáritas Parroquiales, cubren el 75% del coste de cada producto. Ahora, los promotores buscan nuevos socios.

Este supermercado sólo se distingue de otros en los bajos precios. Ayer, por los pasillos de Resurgir, había familias que analizaban la oferta de las estanterías. Entre el bullicio de cualquier establecimiento en estas fechas prenavideñas.

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