"Defender cualquier monolingüismo es como intentar poner puertas al campo"
Nueve meses lleva Xabier Aizpurua (San Sebastián, 1960) al frente de la viceconsejería de Política Lingüística, un área que conocía perfectamente, pues entró en ella como funcionario en 1986. Filólogo vasco, entiende el francés y habla inglés. Está casado y tiene tres hijos.Pregunta. Las encuestas dicen que el 31% de los habitantes de la comunidad autónoma es bilingüe, un 53% no sabe ni palabra de euskera y el 16%, algo.
Respuesta. La característica del país desde el punto de vista sociolingüístico es la diversidad. Hay municipios con más de un 80%-90% de población bilingüe, pero en la mayoría, hoy por hoy, predomina el castellano de manera abrumadora. Lo interesante es la evolución. Desde 1982 hay una incorporación progresiva muy importante de los jóvenes al euskera. Nadie que ha aprendido el euskera ha olvidado el castellano y, entre los chavales de 10 a 18 años, el porcentaje de bilingües supera con creces al de castellano monolingües.
P. ¿Crece igual el uso?
R. No. Es difícil, porque la red de relaciones de esos jóvenes es básicamente erdaldun, porque, pese a hablar correctamente en euskera, tienen mayor destreza para expresarse en castellano. Es un proceso que llevará generaciones, aunque los que son padres sí se lo transmiten a sus hijos.
P. Cuando el PNV, EA y EH alcanzaron el acuerdo de colaboración parlamentaria, hoy roto, su presentación se demoró para traducirlo al euskera. ¿Qué reflexión le sugiere ese hecho?
R. Manifiesta un interés por presentar un acuerdo importante en las dos lenguas oficiales de la comunidad autónoma vasca y refleja también la situación del euskera respecto al castellano en ámbitos importantes de la vida cotidiana social y política. Va ganando ámbitos de uso, pero todavía queda un largo camino.
P. La política lingüística es en los últimos meses un campo de batalla política, pero cada vez que hay una crítica, muy o poco razonada, contra algo concreto, se toma como un ataque global al euskera.
R. La crítica, como en todos los ámbitos, es muy necesaria. Sí pediría que se fundamentara en datos objetivos, aunque siempre son interpretables. Hay críticas bientencionadas, pero en los últimos meses estamos viendo críticas nada razonadas que sirven muy poco para avanzar en la política lingüística y ampliar los consensos. A menudo parece que se pretende crear crispación social en torno a la cuestión lingüística. Y eso es muy preocupante.
P. El borrador del Plan para la Promoción de Uso del Euskera decía que una de las amenazas es "el discurso a favor del monolingüismo".
P. El documento definitivo habla del discurso a favor de los monolingüismos: en euskera y en castellano, en español. La sociedad vasca ha apostado claramente por el bilingüismo. El castellano existe en todos los ámbitos y todos los vascos lo conocemos. La apuesta por el bilingüismo significa una potenciación del aprendizaje del euskera, garantizar que cada vez haya más ámbitos en los que se pueda usar en la vida cotidiana aumentando los servicios en euskera. Hay quienes lo aprenden en la escuela pero luego no lo pueden utilizar en la vida adulta.
P. ¿Qué discurso monolingüista le preocupa más?
R. Ambos, en la medida en que se formalizan como discursos, aunque en la práctica no tienen ninguna posibilidad de salir adelante; es como intentar poner puertas al campo. Conocer idiomas es un factor importante de desarrollo personal, pero también de desarrollo económico. El discurso a favor del monolingüismo es irreal, inoperante y no nos conduce a ninguna parte.
P. ¿Muchos aprenden euskera por supervivencia laboral?
R. No hay nada malo en aprender euskera por razones de identidad, ideológicas, de afectividad o instrumentales. Imagino que algunos aprenderán inglés porque estarán enamorados de la literatura inglesa pero la gran mayoría lo hace para usarlo en el ámbito profesional. El discurso de que sin euskera no se puede encontrar trabajo no es cierto, o no todo lo cierto que se dice. No conozco ningún caso de alguien que haya perdido su puesto de trabajo por no saber euskera.
P. Algunos maestros le dirán que no todavía.
R. Independiente de que haya algún caso particular, yo no conozco ninguno. Hay que destacar y agradecer, cosa que creo que no se hace suficientemente, el esfuerzo que han hecho muchos profesores por aprender euskera y formarse incluso para dar clase en esa lengua.
P. ¿Qué opina del decreto recién aprobado por el Gobierno de Navarra que en algunas plazas de la Administración transforma el euskera de requisito en mérito?
R. No lo conozco en detalle. Pero creo que, al eliminar el euskera como requisito y baremarlo, aunque sea en un porcentaje ínfimo, para acceder a la función pública, puede ocurrir lo siguiente: como hay más candidatos que plazas, y muy preparados todos, a poco que se valore el euskera, ése sea el punto decisivo que haga que entre un candidato. Estas iniciativas sí están provocando movilizaciones sociales sin precedentes en torno a la reivindicación de la extensión del euskera en Navarra y manifestaciones en un tono no lo suficientemente pausado y tranquilo, que no ayudan a ampliar el consenso. Existe un proceso de radicalización que no favorece el trabajo pausado y adecuado a favor del multilingüismo.
P. ¿Cómo propone sosegar el panorama?
R. Si existe preocupación en ciertos sectores de la sociedad sobre la aplicación concretas de la política lingüística en ámbitos concretos en momentos concretos, hay que intentar hablar con datos objetivos, argumentarlo y buscar soluciones oportunas. Es lo que se ha hecho en las dos décadas pasadas. Estos pronunciamientos están muy alejados de la realidad. Cuando el Gobierno vasco ha preguntado por la aplicación de la política lingüística, más de la mitad de los encuestados la valora positivamente. Frente a ese 30% que la critican, el 80% aduce que no se ha hecho lo suficiente.
P. Sorprende que la euskaldunización de adultos sea, en buena medida, privada.
R. En torno a un tercio de la red son euskaltegis municipales, sobre todo en localidades de más de 20.000 habitantes. El resto se reparte entre Bertan, una federación de euskaltegis ubicados básicamente en las capitales, y AEK e IKA. Todos ellos, públicos y concertados, siguen unos requisitos establecidos por Habe .
P. ¿Qué le parece la propuesta parlamentaria del PSE para incorporar castellanohablantes al Consejo Asesor del Euskera?
R. Sus 51 miembros lo hablan correctamente.
P. Supongo que pretende introducir la perspectiva de ese 53% que desconoce el euskera.
R. Con ese argumento, en todos los consejos asesores de las administraciones debería haber un 47% de bilingües. La idea del consejo no difiere mucho del Instituto Cervantes, donde podríamos hipotéticamente hablar de la presencia de otras lenguas españolas distintas del castellano.
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