La 'kalejira'

Aunque hace ya 20 años que asesinaron a John Lennon, algunos parecen empeñarse en seguir alimentando aquella fantástica idea que nos descubría Andu Lertxundi en Tristeak Kontsolatzeko makina: aquella máquina de fotos que doblaba la realidad convirtiéndola en fantasía a base de disparos ¡fotográficos! Como la foto que pretenden proyectar algunos este sábado con la convocatoria de una kalejira en Bilbao para corear algo así como "guk, geure eskola". La foto de una realidad escolar, "eskola transferitua", que, a pesar de que desde que asesinaron a John Lennon viene euskaldunizando a la gran mayoría de los niños y las niñas de Euskadi, sigue siendo una escuela impuesta. A pesar de que Amaia, Pablo o Haritz de La oreja de Van Gogh puedan actuar y presentar sus proyectos a Euskitze en Sorginen laratza, nos zumban los oídos con Manolo Escobar en busca de su carro.Nos quieren recordar que necesitamos un sistema educativo propio. Me acuerdo (por qué será?) de los Hermanos Argoitia, de Lurdes Iriondo... Me pregunto si en la España a la que cantaba Cecilia, esa España mía, esa España nuestra, cabría un sistema educativo con la financiación que han tenido y pueden seguir teniendo las ikastolas privadas (es sólo una pregunta, que conste); ¿y el mapa escolar este tan berexi que nos han fabricado?.

¿No será que en esa kalejira del día 16 nos quieren proyectar una imagen fantástica que borre aquella de los representantes del pueblo vasco que acuerdan en Madrid desarrollar una reforma (la LOGSE), que la hacen suya incluso en un pacto escolar, que la complementan con una Formación Profesional sin parangón y de la que se pavonean frente al resto del Estado, que llegan hasta crear unos cuerpos docente propios? Pero, ¿y dónde queda la soberanía, el viejo roble? ¿Y la escopeta de Mateo Txistu?

A mí, la verdad, más que los disparos (fotográficos, claro), siempre me gustaron las kalejiras que montó John Lennon junto a Yoko (Two virgins) y la Plastic Ono Band cantando aquello de Give peace a chance.- Juanma Aramendi. San Sebastián.