Una balanza con luces y sombras
La ciudad necesita dos o tres empresas líderes en nueva economía que generen negocios tecnológicos
Sin un cambio de mentalidad de las empresas catalanas, el tren de la economía tecnológica, el futuro, corre el riesgo de dejar en el andén una Barcelona y una Cataluña que aspiran a ganar la batalla. El temor al capital riesgo, la poca costumbre de buscar financiación en los mercados de capitales y la insuficiente ambición por conseguir mayor crecimiento son algunas asignaturas pendientes para este cambio de chip. Éste es uno de los mensajes con los que el alcalde de Barcelona, Joan Clos, vapuleó ayer verbalmente al empresariado catalán.
Un Ibex poco catalán
Barcelona se juega la 'nueva economía' por la escasa ambición de sus empresas
El problema queda patente al echar una mirada al selectivo Ibex 35, que agrupa a los valores de mayor peso en la Bolsa española. En él sólo figuran dos empresas catalanas -y con la discusión abierta sobre su grado de catalanidad-: Gas Natural y, una vez que Aguas de Barcelona ha salido del índice, el Grupo Picking Pack, con sede en la capital catalana.El peso de Cataluña en las inversiones efectuadas por sociedades de capital riesgo en España representó el año pasado el 13% del total, cuando el PIB catalán supone cerca del 20%. Pero es que, además, el peso en las inversiones enfocadas a la nueva economía desvela un desequilibrio aún mayor al no alcanzar el 8% del total.
Raventós agregó que, pese a que pasarán unos meses hasta poder hacer balance de lo ocurrido en 2000, "el panorama no se presenta muy diferente al del año pasado". Sobre todo, porque, desde la pasada primavera, los mercados, pendiente del norteamericano Nasdaq, son el perfecto espejo de una montaña rusa, con el consiguiente recelo inversor en los negocios punto.com.
Pese a todo, cabe subrayar que el año 2000 ha sido prolífico en el aterrizaje de nuevos instrumentos de capital riesgo como Invercat, por parte de la Generalitat; Barcelona Emprèn, por parte del Ayuntamiento, y otras iniciativas como la vinculada al IESE (Finaves) o a las universidades catalanas con sello tecnológico.
El mensaje que quedó flotando en el World Trade Center es que hay que apoyar el desarrollo de los negocios de los emprendedores. Tomárselos en serio porque, en palabras de Clos, "la crisis del Nasdaq no nos puede hacer olvidar que la nueva economía crece más deprisa que la vieja, y que la nueva consiste en multiplicar por tres la productividad, expandirse deprisa y buscar actividades de valor añadido".
Pero éste es sólo uno de los frentes abiertos. El consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, Andreu Mas-Colell, subrayó "la necesidad de disponer de capital humano para afrontar con éxito el desarrollo presente y futuro" de este tipo de empresas.
Esta necesidad tiene mucho que ver con que Barcelona se convierta en una metrópoli diversa con, al menos, el 15% de profesionales cualificados de distintos rincones del mundo. Hoy, no se llega al 5%. "En Estados Unidos, más del 50% de los emprendedores de la nueva economía son inmigrantes de primera generación, dispuestos a innovar y a crear", explicó Carlos Cavallé, director de IESE.
También las infraestructuras, y en particular las de telecomunicaciones, están en el punto de mira. "Sin liderarlas, no se puede ser líder en Europa", advertía el director general del consorcio de ayuntamientos catalanes Localret, Xavier Marcet.
Telefónica considera que Cataluña las encabeza con mucho en España. Pero el responsable de Asuntos Institucionales de esa firma, Ricard Ruiz de Querol, puso el dedo en la llaga en todo este lío: "¿Qué criterios seguir para compararnos con Londres o Francfort?". Sin diagnóstico objetivo, tanto los pesimistas como los optimistas tendrán siempre la razón.
Una balanza con luces y sombras
¿Vamos bien o vamos mal? Un sí o un no a una pregunta tan vagasólo puede ser, en cualquier caso, errónea. La respuesta -es cuestión de hacer la prueba- es matizada o abismalmente distinta según se acuda a una universidad, a un político, a un emprendedor de Internet o a un directivo de una multinacional de uno u otro sector. Cada uno se basa en una estadística que no es más que parte de la tarta por comer o, simplemente, se basa en percepciones. Pero algo se puede apuntar sobre las asignaturas pendientes. - Buques insignia. Barcelona necesita como agua de mayo un par o tres de empresas ancla, líderes en nueva economía, que generen a su alrededor un satélite de negocios relacionados con la tecnología. Hoy no las tiene. El operador de telefonía fija Retevisión, con la sede oficial y el equipo directivo en Barcelona, no es suficiente. Los negocios de Internet y de móvil del holding Auna se centran en Madrid. La esperanza de Terra-Lycos, con sede en Barcelona, más que en cuestiones de mercadotecnia se basa en el centro de contenidos que quiere poner en marcha. Terra ya ha dicho que en Barcelona no habrá más de 50 profesionales, pero los contenidos se perfilan como uno de los grandes negocios por explotar en el futuro. Se desconoce por el momento qué inversiones desarrollará Terra en Barcelona. Tampoco se sabe cuántos cerebros tecnológicos de Lycos se trasladarán de Boston a Barcelona. Si se trasladan.
- Infraestructuras. Un primer lamento generalizado: Barcelona necesita ampliar su puerto y su aeropuerto. Además, claro está, del AVE. La ampliación del aeropuerto, cuyo plan director está en marcha, prevé una tercera pista y una nueva terminal. La ampliación de capacidad prevista es de 40 millones de pasajeros y 500.000 toneladas de mercancías. La idea es convertirlo en un aeropuerto hub, donde los vuelos intercontinentales no sean la excepción. La batalla del tren de alta velocidad es clave para el comercio, que requiere un ancho de vía europeo. La Generalitat y el Ayuntamiento quieren que pase por el aeropuerto. Oficialmente, Fomento no se ha pronunciado. Para la ampliación del puerto, el reto es el desvío del río.
- Telecomunicaciones. Hace cinco años, todo estaba claro. La apuesta común de las instituciones fue contar con unas infraestructuras de telecomunicaciones por cable. El negocio, sin embargo, está en manos privadas tras el proceso de liberalización, que aún no ha culminado. La empresa Menta, que irrumpió en el mercado como alternativa a Telefónica, se puso a cablear tarde, debido en parte a enfrentamiento entre sus accionistas. Una vez en ello, topó muchos ayuntamientos que eran reticentes en un principio a la impopular apertura de zanjas por doquier, que caldean los ánimos de la ciudadanía, y con la convicción, falsa, de que el cable sólo servía para poder ver muchos canales de televisión, cuando permite el acceso a Internet a gran velocidad y la transmisión de información, imágenes y voz con una gran capacidad e interactividad. Menta se ha puesto las pilas, pero va con retraso. La oposición socialista critica a la Generalitat porque dice que no aprieta lo suficiente a los operadores. La cosa se ha complicado porque Telefónica, una vez acabó la moratoria que se vio obligada a respetar para favorecer la competencia, cambió de estrategia ante la aparición de tecnologías que permiten dar igualmente servicios de banda ancha aprovechando sus infraestructuras actuales -también la fibra óptica-, con menos inversiones. Su giro ha puesto en vilo a los cableros, y puede tener efectos negativos en su negocio y sobre el despliegue. En Cataluña hay otras empresas en este negocio, como al-pi telecomunicacions (Uni2), Colt y, el último que ha irrumpido en el mercado, Flash10.com. Los expertos dicen que todas las tecnologías nuevas, también la telefonía móvil de tercera generación, coexistirán.
- Inversión tecnológica. El año 2000 ha sido rico en inversión tecnológica destinada a nuevos centros de alta tecnología y en investigación, desarrollo e innovación, sobre todo por parte de multinacionales motivadas por los reclamos de Barcelona como destino para profesionales extranjeros. Ha habido numerosos anuncios que situaban la ciudad como sede europea de este tipo de centros. Pero el problema para tener una cifra y poder compararla es desbrozar de la lista de inversiones qué corresponde exactamente a estas actividades. Problema de las viejas estadísticas a resolver con urgencia.
- Empresas de Internet. Un misterio, y la Generalitat lo sabe. Por ello, en verano se preparó para hacer balance de cuántas empresas nacidas en la red han surgido (¡y se mantienen, visto el panorama!) en Cataluña. Los expertos señalan que los proyectos proliferan como setas, pero critican que pocos sean globales. Y, en Internet, sin vocación de tamaño, estás muerto. La primera estadística real, elaborada por la Secretaría para la Sociedad de la Información, está al caer.
- Administración. El consejero de Gobernación, Josep Antoni Duran Lleida, presentó ayer en el Parlament la creación de un portal común de las administraciones públicas catalanas. Para este portal, ha firmado un acuerdo con el consorcio de ayuntamientos Localret. Éste ha alertado de las dificultades para su puesta en marcha. La adaptación de las administraciones a las nuevas tecnologías no es fácil, sobre todo por cuestiones de confidencialidad de datos. El plan prevé, en esencia, crear una agencia catalana de certificación electrónica, formar al personal de las administraciones locales y crear una red pública de centros de acceso a Internet.
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