Kim Dae-jung considera inevitable la unión de Corea aunque tarde 20 años
Kim Dae-jung, presidente de Corea del Sur y premio Nobel de la Paz correspondiente a este año, reiteró ayer en su discurso durante la ceremonia de entrega del galardón, en el Ayuntamiento de Oslo, su convicción de que la reunificación entre las dos Coreas no se producirá durante su actual periodo de Gobierno, que concluye en febrero de 2002, y que podría tardar de 10 a 20 años. Pero sí fue categórico al asegurar que esa reunificación es un hecho histórico inevitable.
"Una coexistencia pacífica", dijo Kim, "es la meta por la que debemos intentar trabajar conjuntamente en los próximos años". Y agregó: "Cuando hayan transcurrido entre 10 y 20 años, y aún un poco más en esa situación de convivencia pacífica, ambas partes se sentirán suficientemente seguras de que el tiempo de la reunificación ha llegado". El presidente surcoreano, que ha dado muestras de entereza y generosidad pese a los sufrimientos padecidos a consecuencia de sus convicciones, reiteró también su desencanto por el hecho de que el Nobel de la Paz no haya sido compartido con la otra Corea. "Pero yo interpreto este premio", enfatizó, "como un homenaje a todo el pueblo coreano. En sí mismo el premio es una importante contribución a la paz en toda la península coreana".
El Nobel de la Paz fue distinguido con el premio "por sus esfuerzos en favor de la democracia y los derechos humanos en Corea del Sur y en el Este asiático en general y por la paz y la reconciliación, especialmente en relación con Corea del Norte".
Kim defendió en su discurso la democracia, sistema que considera válido para Asia como lo es para Occidente. "Durante décacas en las que luché por la democracia siempre me enfrenté al discurso negativo según el cual la democracia de tipo occidental no es válida para Asia", señaló. Kim opina que "mucho antes que en Occidente, el respeto a la dignidad humana formaba parte de todos los sistemas de pensamiento de Asia".
La elección de Kim marcó la continuación de un cambio operado en la política del Comité Nobel noruego, que desde hace aproximadamente 10 años ha centrado su atención en personalidades de la región antes que en los movimientos de oposición a las dictaduras imperantes allí. Los casos de Dalai Lama, premiado en 1989; Aung Su Kyi, de Burma, en 1991, y Carlos Belo y Ramos Horta, de Timor Este, en 1996, dan testimonio de ello.
Kim Dae-jung mantendrá una serie de importantes entrevistas durante su permanencia en Oslo. Entre otras, con el rey Harald de Noruega, el primer ministro, Jens Stoltenberg, y José Ramos Horta.
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