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Tribuna:DÍA INTERNACIONAL EN LA ONU
Tribuna
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Un nuevo siglo para los derechos humanos

La autora aboga, en un panorama que no invita al optimismo, por una acción enérgica en favor de los derechos humanos.

A primera vista, hay pocas razones para el optimismo. El siglo ha llegado a tener un comienzo deprimente.Se han cometido muchas violaciones mientras no se ha hecho ningún progreso real para cerrar la gran brecha existente entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo.

Si evocamos una imagen perdurable del año 2000, la mayor parte de las que nos vienen a la cabeza son fotografías negativas. Dos imágenes impactantes proceden de Oriente Próximo. Un niño palestino cubriéndose detrás de su padre al que le matan de un disparo ante sus ojos. El cuerpo de un soldado israelí brutalmente asesinado arrojado por la ventana.

¿Y qué hay de las imágenes que no se muestran, de las violaciones que continúan pero que no están de actualidad? Sabemos a ciencia cierta que los civiles continúan muriendo y siendo heridos en los innumerables conflictos que desfiguran nuestro mundo. Conocemos las horribles condiciones del pueblo checheno ante el invierno que se avecina. Sabemos de la gran cantidad de víctimas que el sida se está cobrando en África, fuera del alcance de nuestros ojos.

Una imagen que conservaré en mi memoria es la de Cathy Freeman alzando la antorcha olímpica en Sydney: un poderoso símbolo del cambio de actitudes hacia las minorías. Pero en un sentido, la imagen de Cathy Freeman se suma al desafío al que nos enfrentamos al defender los derechos humanos. Los símbolos son importantes, pero los Gobiernos deben darlos con progresos reales, protección y medidas preventivas para asegurar los derechos humanos para todos.

La esperanza de que el nuevo siglo signifique un nuevo y radical comienzo al infundir respeto por los derechos humanos no se ha realizado todavía. Viendo de primera mano este año la situación de los derechos humanos en Chechenia, Timor Oriental y la República Democrática del Congo me he convencido poderosamente de los desafíos a los que no enfrentamos.

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La impresión más fuerte y perturbadora que me traje de mi reciente visita a Israel y a los territorios palestinos ocupados fue la de dos pueblos unidos por historia y geografía pero separados por una amplia y cada vez mayor brecha en las percepciones que tienen el uno del otro. Lo que escuché fue esencialmente dos historias diferentes, con una parte preocupada, comprensiblemente, por cuestiones de seguridad y la otra sufriendo la humillación diaria de pequeñas discriminaciones y la impotencia ante la ocupación ahora agravada por el uso excesivo de la fuerza contra ellos. He recomendado la introducción de alguna forma de presencia internacional de supervisión en los territorios ocupados para ayudar a romper el círculo diario de violencia, con funerales en ambos lados, y fomentar la reanudación del diálogo.

Estoy convencida de que el camino para un futuro pacífico y estable en Oriente Próximo es que todos se comprometan con los requerimientos de los derechos humanos internacionales y la ley humanitaria. Pero esto eleva la esencia del desafío en cada región del mundo: para fijar una cultura de los derechos humanos a través de la educación y la preparación, para apoyar la capacidad de crear los sistemas que rijan la ley y la justicia, para asegurar la implementación a nivel nacional de las normas y estándares de los derechos humanos internacionales.

Derechos Humanos y Desarrollo Humano Sostenible. Hay una conciencia cada vez mayor de la importancia del derecho al desarrollo y la realización de los derechos a través del desarrollo. A medida que la preocupación sobre la disparidad en los beneficios de la globalización se ha intensificado, igualmente ha surgido la tendencia de plantear cuestiones sobre el impacto de la globalización en el disfrute de los derechos humanos. De hecho creo que los derechos humanos podrían proporcionar parte del "código de circulación" que dirija las decisiones políticas que influyan, y modelen, a lo que llamamos globalización

Responsabilidad. La responsabilidad es un poderoso instrumento preventivo. Envía una clara señal a los que son culpables de las violaciones de los derechos humanos de que no disfrutarán de impunidad, sino que serán llamados a responder por sus crímenes. El Tribunal Penal Internacional debería establecerse tan pronto como sea posible para que pueda comenzar su trabajo para ayudar a prevenir futuras violaciones de los derechos humanos y de la ley humanitaria.

Luchar contra el racismo, la xenofobia, la discriminación. El próximo año se presentará una oportunidad única para tratar las cuestiones de racismo y xenofobia, cuestiones que están en la raíz de muchos conflictos, dentro de y entre las sociedades. Los asaltos y asesinatos raciales, los ataques a sinagogas en toda Europa, el aumento de actitudes racistas y el apoyo a los partidos de extrema derecha, son pruebas de que el racismo permanece como una fuerza potente en la sociedad. El próximo mes de septiembre la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y la Intolerancia se celebrará en Durbam, Suráfrica. El éxito de la Conferencia Mundial se medirá en función de si produce una determinación renovada para combatir el racismo. Durante los próximos meses debe llegar a convertirse en una Conferencia Mundial del pueblo, actuando con energía entre los jóvenes, las mujeres, particularmente en cuestiones de sexo y raza, minorías, pueblos indígenas, líderes religiosos, sindicatos, periodistas, académicos y comunidades internacionales como un todo.

Mi intención es ver una declaración enérgica y un programa de acción realista con un mecanismo de revisión. La Conferencia Mundial será un buen examen de la buena voluntad de los Gobiernos para equiparar los ideales con la acción.

Mary Robinson es la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. Mensaje elaborado con ocasión del Día de los Derechos Humanos, que se celebrará mañana, 10 de diciembre.

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