Aznar no renuncia al veto en fondos de cohesión, en contra de los consejos de Piqué

El Gobierno de José María Aznar seguirá defendiendo el mantenimiento del derecho de veto en los fondos estructurales europeos. El sector duro del Ministerio de Exteriores se ha impuesto a su ministro, Josep Piqué, al convencer anteanoche a Aznar de que España no debería perder el veto al menos hasta el año 2013, algo que nunca será aceptado por el resto de socios. El cambio supone una derrota política para Piqué, que defendía la conveniencia de no otorgar el veto a los países del Este y por lo tanto eliminarlo, según fuentes de Presidencia.

España vuelve a estar donde siempre. El Gobierno español había despertado muchas esperanzas en la Comisión Europea al hacer llegar su disposición a aceptar que los fondos estructurales pasaran a regirse por mayoría absoluta en lugar de unanimidad. Eso suponía para España perder el derecho de veto con el que siempre ha defendido sus intereses. El ministro Josep Piqué se había hecho eco de la tesis de la Comisión de que para España es más conveniente perder el veto que permitir que también puedan disfrutar de él los países de Europa del Este que tarde o temprano ingresarán en la Unión.España hizo llegar su posición a la presidencia francesa de la UE y puso dos condiciones: mantener el veto hasta 2007 y asegurarse de que dejaría de percibir ayudas de forma progresiva cuando dejara de tener derecho a percibirlas debido al aumento de su renta por habitante en comparación con la media europea. La propuesta fue bien recibida por la presidencia, que empezó a difundir la posibilidad de que España aceptara perder el veto, presionando así a otros países reticentes (como Portugal y Suecia) a que aceptaran también pasar esa política a mayoría cualificada. El secretario de Estado para Europa, Ramón de Miguel, confirmó el pasado viernes en Madrid que la posición española en ese tema "no es monolítica". Fuentes oficiales españolas confirmaron el lunes en Bruselas que el Gobierno avalaba las tesis de Piqué y aceptaría la mayoría cualificada en Niza. Esas mismas fuentes aún defendían esa posición el miércoles.

Pero José María Aznar cambió de parecer ayer tras cenar la víspera, ya en Niza, con el equipo de negociadores españoles. A la cena asistieron, entre otros, el representante del Gobierno en la mesa negociadora, Carlos Bastarreche, y el antiguo representante permanente de España ante la UE y actual embajador en Francia, Javier Elorza. Dos representantes de la vieja guardia de diplomáticos que desde hace años defienden los intereses españoles en la UE.

Conocido por su apasionada defensa del derecho veto, Elorza expuso su convicción de que España no debería renunciar nunca al veto en cohesión o al menos no antes del año 2013 para asegurarse una salida escalonada del Fondo de Cohesión y las demás ayudas regionales. Piqué admitió ayer en rueda de prensa que España seguirá defendiendo el derecho de veto. Confirmó así que los argumentos de Elorza han sido más convincentes que los suyos propios.

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, criticó ayer en Niza la posición adoptada por el Gobierno español a favor de Alemania en la querella de este país con Francia a propósito de sus votos en el Consejo de ministros. "Yo no me decanto ni por Francia ni por Alemania, sino por Europa", dijo. "España ha sido siempre un elemento de encuentro, de equilibrio, lo que me parece muy enriquecedor. Si tomamos partido por uno o por otro dejamos de serlo", explicó.

Al apoyar a Alemania, el Gobierno de Aznar reconoce que España nunca conseguirá la paridad de votos con los cuatro grandes y busca la ruptura de esa igualdad entre alemanes y franceses porque eso le facilita la obtención de lo que realmente necesita: formar las mismas minorías de bloqueo que los cuatro grandes en las votaciones del Consejo.