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El culto a los supervivientes

Paz, amor e ira

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"Aquí no conmemoramos la muerte, celebramos la vida". Neil B, pinchadiscos del mítico Cavern Club, resume en estas palabras el sentimiento de la ciudad de Liverpool y del Reino Unido en general. John Lennon sigue vivo en la memoria de sus compatriotas, que evitan recordar, al menos en público, la tragedia del 8 de diciembre de 1980. Hacen suyo el lema del músico que, en su última entrevista, declaró su animadversión por los ídolos caídos. "No aprecio el culto a un Sid Vicious muerto, a un James Dean muerto. ¿Qué nos enseñan? Nada. Yo venero a la gente que sobrevive", dijo entonces.El genuino legado de Lennon perdura en su trabajo con los Beatles o en temas como Working class hero, de su primer disco en solitario, John Lennon Plastic Ono Band, donde deja su inquieto espíritu y amargura al desnudo. Incluye canciones personales, devastadoras que, en su día, no tuvieron el impacto de su gran éxito comercial, Imagine.

"Lennon es único. Abrió la puerta a la gente a la que nunca le habían permitido soñar. Siempre compararemos a los nuevos genios con él", afirma Joe Summer, cantante de The Clash, en una consulta entre artistas recogida por el dominical The Observer. "Su música es eterna e insuperable. Ahí dejó su herencia al cien por cien", dice Noel Gallagher, de Oasis. Su hermano, Liam, vocalista del mismo grupo, no necesita hablar para descubrir su gran influencia artística y vital. Su hijo se llama Lennon.

En cambio, el primogénito del autor de Strawberry fields forever, Julian Lennon, aprovecha el aniversario para descargar en público su rabia. "Sentí mucha ira contra mi papá por su negligencia y su actitud por la paz y el amor. Esa paz y ese amor nunca llegaron a mi casa", escribe en su sitio de Internet (www.julianlennon.com). Algunos actos han filtrado el hermético muro de las conmemoraciones. Familiares de Lennon, amigos de la infancia y miembros de su primer grupo, The Quarrymen, tienen previsto visitar esta tarde el número 251 de la avenida Menlove, en el barrio Woolton, de Liverpool. Ahí se ubica la modesta casa de la tía Mimi donde Lennon aprendió a tocar la guitarra y compuso algunas de sus primeras canciones. Ya no pertenece a la familia, pero una placa informa desde hoy que detrás de sus paredes residió John Lennon desde 1945 a 1963. Ningún otro artista de rock o pop es recordado con una de las populares placas azules, que English Heritage sólo concede a personalidades que han fallecido hace 20 años o nacieron un siglo atrás. En vida o muerte, Lennon es el primero.

Por su parte, Paul McCartney, que firmó buena parte de las mejores canciones de los Beatles junto a Lennon, afirmó ayer que hoy lo recordará "con todo el amor de mi corazón", tocando su música, como de costumbre.

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