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Niza obliga a los líderes de la UE a superar sus diferencias ante el reto de la ampliación

Los líderes de los Quince países de la Unión Europea acuden hoy a Niza con posiciones muy enfrentadas, pero obligados a encontrar fórmulas que hagan posible el histórico desafío de la próxima gran ampliación de la Unión. "La cumbre se presenta extraordinariamente difícil, pero habrá acuerdo, porque todos los países lo necesitan dada la gravedad de lo que está en juego", ha asegurado Hubert Védrine, ministro de Exteriores de Francia, país que culmina el semestre de su presidencia europea. Las diferencias más profundas empezarán a tratarse mañana, viernes.

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Los dirigentes de la Unión abordan la cita de Niza con los siguientes datos sobre la mesa: hoy la Unión Europea cuenta con 15 países y 375 millones de habitantes. Cuando se incorporen en los próximos años los ahora candidatos, la Unión estará compuesta por 27 países (sin contar Turquía) y 480 millones de habitantes. Si los líderes europeos no logran acomodar las actuales instituciones a la nueva situación y no pactan un nuevo reparto de poder, la futura UE no podrá funcionar. No es casual que Niza se abra con una reunión de los líderes de los Quince con los de los 12 países candidatos.Uno de los principales escollos que deberán superarse en la Costa Azul francesa será el del enfrentamiento entre los dos grandes fundadores de la UE: Alemania y Francia. Berlín ha dejado claro que desea hacer valer su peso demográfico (82 millones de habitantes) para tener más votos que ningún otro país en el Consejo de Ministros de la Unión. Francia responde que, tras la Segunda Guerra Mundial, la UE se creó sobre la base de un equilibrio inalterable de poder entre ambos países.

Avanzar en la ampliación

El pulso entre los dos indiscutibles pilares de la Unión ha provocado un verdadero terremoto en los días previos a la cumbre. Pero los propios protagonistas se han encargado de quitar hierro al conflicto al asegurar que la reunión no fracasará por esa discrepancia concreta. Berlín ha hecho más hincapié que París en que "no se trata de una cuestión de prestigio", en frase del ministro Joschka Fischer, y que Alemania será flexible con tal de salvar la cumbre, a pesar de contar con el apoyo del resto de países para lograr su objetivo.

Lista de temas

El apoyo más explícito a la tesis alemana procede de España y de Holanda, porque también verían facilitados sus objetivos. En el caso de España, tener votos suficientes como para ejercer el mismo peso específico que Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, es decir, poder bloquear decisiones con el apoyo de dos de esos países; y en el caso de Holanda, lograr más votos que su vecina Bélgica, porque tiene cinco millones más de habitantes. Berlín ya ha asegurado que, aunque no gane su pulso con Francia, apoyará las pretensiones de Madrid y Ámsterdam.Superados esos inconvenientes, los Quince habrán desbrozado el camino a la hora de adjudicar a cada país, incluidos los candidatos, el número de votos que le corresponderá en el futuro. Superarían así una cuenta pendiente desde hace tres años, sin cuya resolución no podría iniciarse la ampliación.

La futura composición de la Comisión Europea, una vez iniciada la ampliación, es otro de los aspectos que más problemas plantean a los líderes. Los países pequeños, y especialmente Austria, Portugal, Irlanda y Suecia, quieren que cada país siga teniendo al menos un comisario en el Ejecutivo europeo. Los grandes apuestan por una Comisión más reducida.

Hay varias alternativas para superar este conflicto, y quizás se opte por una que no dejará zanjado del todo el problema, pero al menos servirá para seguir avanzando en la ampliación. Según esa fórmula, la nueva Comisión que iniciará su mandato en 2005 comenzaría a funcionar con sólo un comisario por país (hoy los cinco grandes tienen dos cada uno) y se sumarían un nuevo comisario por cada país que se incorpore a la UE. A partir del año 2010, sin embargo, habría un número máximo de comisarios: cada país tendría el suyo, pero se incorporarían a la Comisión por rotación igualitaria.Si los países pequeños no aceptan esta fórmula, se aprobará hasta sus últimas consecuencias el sistema de un comisario por país, pero se establecerá una jerarquización entre comisarios de primera y de segunda, es decir, con cartera y sin cartera.

Los asuntos que deben ser aprobados por mayoría cualificada y no por unanimidad también constituyen otra fuente de conflicto, pero en este caso sobre todo entre los países, por un lado, y la Comisión y el Parlamento, por otro. Para el Ejecutivo comunitario, el voto por mayoría debe ser la norma en la adopción de decisiones para evitar "la parálisis" en la UE, y será sobre esta base sobre la que juzgue si en Niza "ha habido una reforma profunda o sólo una reforma útil y correcta", en palabras del comisario Michel Barnier, encargado de las reformas institucionales.

También para los Gobiernos de los Quince es un punto básico para que la UE avance. De hecho, pretenden pasar al sistema de mayoría al menos 30 asuntos de los 70 que hoy se deciden por unanimidad. "Sería un avance fundamental", insisten en el Consejo. Pero el método de trabajo elegido por la presidencia francesa ha impedido probablemente mayores avances, puesto que invitó a cada país a elaborar una lista de temas sobre los que no aceptará el paso a la mayoría cualificada. Así, no habrá avances, o serán escasos, en Seguridad Social, cohesión, fiscalidad, inmigración y política comercial.La aprobación de fórmulas más flexibles para facilitar la creación de nuevas cooperaciones reforzadas (la vía para que varios países puedan avanzar más rápidamente en los terrenos que deseen) será otro de los puntos importantes que se tratarán en Niza. Igualmente, se dará el visto bueno a la Agencia Europea de Alimentación, a iniciativas para mejorar el tráfico marítimo, al documento sobre política de defensa o la agenda social europea.

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