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Las esculturas de Alonso Cano y sus coetáneos, juntas en Sevilla

Margot Molina

El Cristo crucificado de marfil que Alonso Cano realizó para la Catedral de Sevilla, una talla serena y de proporciones clásicas, o la Inmaculada de piedra que el artista terminó en 1629 para un convento son dos de las seis obras que pueden verse en la muestra Alonso Cano y la escultura andaluza hacia el 1600. La exposición, que se inauguró ayer en la iglesia de la Misericordia de Sevilla, estaba prevista que se colgara en el Museo de Bellas Artes de Sevilla -organizadores de la muestra junto a la obra social CajaSur- pero ha tenido que cambiar su ubicación porque la pinacoteca está cerrada por obras desde el mes pasado. La exposición, que estará abierta hasta el 7 de enero, se adelanta a la conmemoración del cuarto centenario del nacimiento del artista, una de las figuras claves de la escultura barroca en España. Alonso Cano (Granada, 1601-1667) quien además de escultor, fue pintor y arquitecto.

Sus tallas, en las que siempre ha destacado un "preciosismo intimista", según Domingo Sánchez-Mesa; aparecen en esta muestra junto a obras de sus predecesores y coetáneos. La exposición, en la que colabora la Consejería de Cultura, reúne obras de José de Arce, Juan Martínez Montañés, Alonso de Mena, Juan de Mesa y Andrés de Ocampo, entre otros.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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