El tranvía que unirá la Diagonal con el Besòs pasará por el tronco de la A-19
El tranvía que unirá la Diagonal y el Besòs pasará por el tronco central del tramo urbano de la autopista A-19, incorporando así su trazado al proyecto del bulevar de la Gran Via. Así lo han acordado la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM). Con esta resolución se ha eliminado el escollo que impedía la ampliación de los laterales de esta vía rápida, que, con la colocación de voladizos, reducirá en un 20% el ruido que ocasiona la circulación rodada a su paso por Sant Martí.
Complejidad de la obra
El tranvía, sobre cuyo trazado se ha estado varios meses discutiendo hasta encontrar una solución satisfactoria para todas las partes, discurrirá un poco deprimido respecto a los actuales seis carriles del tráfico -tres en cada dirección-. La colocación de voladizos que llevarán incorporadas pantallas para absorber el ruido de la circulación permitirá ganar 12 hectáreas de zona verde, una superficie equivalente a la mitad del parque de la Ciutadella.En la reunión en que se desencalló el trazado del tranvía estuvieron presentes las más altas instancias de las partes implicadas. Así, por la Generalitat asistió el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Pere Macias, y el director de Carreteras, Jordi Follía. Representando al Ayuntamiento participó el segundo teniente de alcalde, Antoni Santiburcio, y por parte de la ATM, su director, Francesc Ventura. Los vecinos aceptaron la propuesta, que dará paso de forma inminente a la convocatoria de un concurso de ideas para llevar a cabo la obra.
El deseo de la Generalitat de incorporar a la ampliación de los laterales de la autopista, al mismo nivel de la calle, las vías del tranvía, como inicialmente pretendía, despertó recelos en el Ayuntamiento y, sobre todo, entre los vecinos. Lo que pretendía desde el principio la plataforma cívica que reivindicaba la cobertura de la Gran Via era reducir los ruidos del tráfico, por eso, los representantes vecinales vieron en la propuesta de la Generalitata un nuevo foco de conflicto ya que la incorporación de un tranvía, lejos de rebajar el ruido, contribuía a incrementarlo.
Tras meses de discusiones surgió la alternativa consistente en bajar el tranvía que conectará la Diagonal con los barrios del Besòs al tronco central de la autopista.
La Generalitat defiende la incorporación del tranvía y destaca que era preciso reservar un espacio para el transporte público en una actuación de esta envergadura, que convertirá en bulevar uno de los accesos a Barcelona que mayor flujo de vehículos registra. Según el director de Carreteras, Jordi Follía, el paso del tranvía plantea una serie de problemas técnicos complejos que ha costado encajar. A lo largo de los dos kilómetros en los que atraviesa Sant Martí, la Gran Via presenta diferentes cotas que han dificultado la solución final.
Ampliar los actuales laterales de la autopista será posible gracias a los voladizos que a modo de visera se asomarán hacia la parte central de la citada vía. Con el paso del tiempo, ambos márgenes de la Gran Via se habían ido deteriorando. Con la reforma se prevé sentar las bases de un nuevo eje comercial del distrito que contará con los paseos a ambos lados de la vía rápida y 12 hectáreas de zonas verdes como alicientes que ordenarán un espacio que hoy es caótico, porque para acceder a las aceras es preciso sortear el tráfico y los vehículos aparcados. También se construirá un puente en la calle de Espronceda para dar continuidad a las calles que ahora están cortadas, además de cuatro pasarelas para los peatones.
Ninguna de las partes quiso arriesgarse a facilitar cifras sobre el importe de unas obras que serán financiadas a partes iguales por el Gobierno catalán y el Ayuntamiento. Tampoco se dispone todavía del calendario los trabajos, aunque se baraja el año 2003 como la fecha más optimista, lo que permitiría acabar las obras en 2004.
Una vez superada la última etapa de esta carrera de obstáculos de convertir la Gran Via en una arteria urbana menos ruidosa y más respetuosa con el territorio, casi nadie recuerda ya el inicio de un proceso que arrancó hace más de dos años con la reivindicación de los vecinos de Sant Martí de cubrir la A-19.
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