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Chirac y Schröder se reúnen hoy en busca de un acuerdo que evite el fracaso de Niza

Carlos Yárnoz

El éxito o fracaso de Niza dependerá en buena medida de la entrevista que hoy mantendrán en Hannover los líderes de Francia y Alemania, Jacques Chirac y Gerhard Schröder, respectivamente. Su principal divergencia ante la cumbre europea de la próxima semana radica en la pretensión alemana de contar con más votos que París en el Consejo de Ministros de la UE, un hecho sin precedentes en la historia de la Unión al que Francia se opone radicalmente. Desde Bruselas, representantes de diversos países coinciden en considerar que la entrevista de hoy será "clave" para la cumbre.

Schröder ha dejado claro que no quiere dejar pasar la oportunidad de Niza para que Alemania tenga un peso en el Consejo acorde con su demografía. "No puede ser que en el futuro, en una Unión Europea ampliada, Alemania, con más de ochenta millones de habitantes, disponga de 10 votos en el Consejo mientras el conjunto de otros 19 países que ni siquiera ascienden a 80 millones de ciudadanos tengan 57 votos", afirmó en el Bundestag.Esta referencia a la pretensión alemana fue replicada 24 horas después por Chirac desde Madrid: "No soy favorable a que Francia se descuelgue de Alemania, porque [Charles] De Gaulle y [Konrad] Adenauer sellaron en un plano de igualdad la reconciliación definitiva tras muchas guerras, muertes, brutalidades y comportamientos irresponsables".

Este intercambio ha enrarecido las horas previas a la entrevista de hoy. Con ella, Chirac pone fin a la ronda de contactos que durante 10 días le han llevado por todas las capitales europeas para preparar la cumbre de Niza. "Chirac ha constatado hasta ahora las fuertes divergencias entre unos y otros, pero en Berlín es diferente, porque tratará uno de los problemas más duros: el que enfrenta a los dos grandes", comenta un portavoz de la Comisión Europea.

Pero Alemania no está sola. Los otros tres países grandes en la UE (Italia, Reino Unido y España) están de acuerdo con las tesis de Berlín, y especialmente Madrid. También Holanda apoya a Berlín, por motivos similares a los de España. Y hasta los países pequeños no rechazan del todo la idea, sobre todo desde que Berlín aclaró que veía con buenos ojos el método de la doble mayoría para tomar decisiones en el Consejo. Según ese método, toda decisión tendría que estar apoyada al menos por la mitad de países de la UE que además representen al menos al 50% de la población.

España apoya a Alemania (82 millones de habitantes) porque Madrid tendrá menos dificultades a la hora de tener un peso equivalente a Italia, Reino Unido o Francia en el Consejo de la UE si Berlín se despega de estos países, pero encontrará más obstáculos a la hora de equipararse con todos ellos si Alemania está en el mismo grupo. Hoy, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia tienen 10 votos cada uno; España, 8.

Con las diferentes fórmulas que se barajarán ante la cumbre de Niza, España aspira a poder bloquear decisiones en unión de otros dos grandes países.

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En definitiva, y aunque no sea con los mismos votos, España (39 millones de habitantes) aspira a tener el mismo peso específico que acaben teniendo Reino Unido (59 millones), Francia (59) o Italia (57).

Pero el problema de la reponderación de votos no es el único que ha separado en estas semanas a Francia y Alemania. Así, cuando Francia, que preside la UE este semestre, trabaja intensamente para lograr un acuerdo digno en Niza sobre la labor desarrollada estos meses por la Conferencia Intergubernamental (CIG), Berlín ha propuesto en estas fechas que se convoque otra CIG que culminaría en 2004. "Una propuesta que, en cierta medida, parece devaluar la cumbre de Niza", afirma un diplomático en Bruselas.

Además de algunas fricciones concretas, en varias representaciones diplomáticas en Bruselas se afirma que los problemas guardan una relación directa con la escasa química personal entre Chirac y Schröder, un dato por el que el canciller alemán ha sido criticado en el Bundestag. En Bruselas se insiste en que la UE estuvo en mejores condiciones de avanzar cuando eran Kohl y Mitterrand los que estaban al frente de las dos grandes potencias.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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