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Chirac sostiene ante Aznar que Francia nunca aceptará tener menos votos que Berlín en la UE

José María Aznar intentó convencer anoche al presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, de que su país llegue a un acuerdo con Alemania sobre el nuevo reparto de poder en la Unión Europea que se debatirá en la Conferencia Intergubernamental (CIG) programada para el próximo jueves en Niza. El presidente del Gobierno no ocultó que la solución más razonable desde el punto de vista español, y para casi todos los Quince, es que París acepte tener menos votos que Berlín en el Consejo Europeo, pero la respuesta de Chirac admite pocas dudas: "No es posible volver atrás sobre las condiciones de igualdad en que se basó el pacto franco-alemán fundador" de Europa.

Chirac nunca se había expresado de manera tan clara sobre este tema. "No soy favorable a que Francia se descuelgue de Alemania", dijo también, "porque De Gaulle y Adenauer sellaron en un plano de igualdad la reconciliación definitiva tras muchas guerras, muertes, brutalidades y comportamientos irresponsables". Aznar prefirió callar cuando el presidente francés le pidió que opinara sobre esto ante la prensa.A sólo una semana de la cumbre, la distribución de votos en el Consejo Europeo, baremo de cómo se repartirá el poder en la UE tras su ampliación para acoger a los países del Este, se ha convertido en el nudo gordiano -"la cuestión sensible", dijo ayer Chirac- de todos los problemas y en la principal preocupación del Gobierno español, que, de no ver satisfecha su demanda de tener la misma capacidad para bloquear decisiones que los cuatro grandes -Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia-, difícilmente dará su consenso para que se aprueben los tres puntos restantes -reorganización de la Comisión, mayorías cualificadas y cooperaciones reforzadas- de la agenda de Niza. Fuentes diplomáticas españolas consideran que sería poco hábil esgrimir desde ahora el derecho de veto en la cumbre, pero sí reconocen que ésa es una posibilidad que existe y está abierta. De ahí la importancia de la breve visita que Chirac giró ayer a Madrid, apenas una cena en La Moncloa y una conferencia de prensa nocturna compartida con Aznar.

A Aznar le preocupa ante todo que se llegue a la semana que viene sin un acuerdo entre los dos principales países de la UE, Francia y Alemania, porque en ese caso la cumbre fracasaría. Y en eso no es una excepción. Jean Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo, uno de los países pequeños más activos en Europa, dijo el pasado lunes: "El problema no está entre los países medianos y pequeños, sino entre Francia y Alemania". Pero España, indican fuentes diplomáticas, teme tanto el desacuerdo como un acuerdo franco-alemán "malo", que sólo satisfaga los intereses de las dos partes directamente implicadas. El Gobierno español tiene, en definitiva, su visión del tipo de acuerdo que conviene a sus expectativas.

La petición española de poder bloquear cualquier decisión del Consejo con el apoyo de sólo dos de los cuatro grandes deberá concretarse en alguna de las tres alternativas de reparto de votos que hay sobre la mesa. Alemania no se declara contraria a un sistema de doble mayoría, que satisface también a los países pequeños, por el que las decisiones exigirían el acuerdo de la mitad más uno de los países miembros más una segunda mayoría del número de votos que se asignen a éstos en proporción a sus respectivas poblaciones. El Gobierno de Aznar podría alcanzar su objetivo por esta vía, pero con muchas complicaciones matemáticas, ya que, en el fondo, el peso que persigue en el Consejo es algo superior al de la población española en Europa.

El canciller alemán, Gerhard Schröder, ha dicho, en cambio, que no acepta que su país siga teniendo los mismos votos que Francia. A España tampoco le convendría esa solución, porque, si se adoptara, debería reclamar -y así se lo han dicho públicamente portavoces del Gobierno- un número de votos igual al de los grandes, lo que se considera poco alcanzable, dado que los alemanes son 80 millones, y los españoles, apenas 40.

La solución más conveniente para la demanda española sería, pues, que Francia acepte tener menos votos que Alemania. En ese caso, España tendría menos que Francia, pero exigiría que su número y el de los votos necesarios para establecer una minoría de bloqueo en el Consejo fueran adecuados para poder alcanzarla con otros dos grandes. Una fórmula de la que se ha hablado es la de 33 votos para Alemania, 30 para Francia y 27 para España, con la minoría de bloqueo en 87 votos.

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