Caja Navarra transfiere a su corporación industrial activos por importe de 150.000 millones

Caja Navarra (CAN) ha decidido integrar en su recién constituida corporación industrial a todas las empresas no financieras en las que posee participación accionarial, un conjunto de activos con un coste de inversión de 30.000 millones pero cuyo valor real de mercado ronda los 150.000 millones. Caja Navarra (resultado de la fusión de Caja Pamplona y Caja de Ahorros de Navarra) modificó sus estatutos la pasada primavera y creó una corporación industrial para acentuar su presencia en distintos sectores de la economía y participar en proyectos como la energía y las telecomunicaciones.

El órgano rector que el Gobierno navarro diseñó para regir los destinos de la nueva corporación industrial es un consejo más político que técnico en el que están presentes tres consejeros de la máxima confianza del presidente del Ejecutivo foral, una concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona, los presidentes de la patronal y el comercio navarro, y apenas dos representantes de la oposición política: Juan José Lizarbe, secretario general del PSN-PSOE, que fue designado vicepresidente de la propia corporación, y el ex alcalde de Pamplona Javier Chourraut (CDN).Algunos miembros del Consejo de Administración de la CAN, como los parlamentarios representantes de IU-EB, CDN y EA-PNV o el propio ex director de la entidad financiera, Juan Luis Uranga, se opusieron a la modificación estatutaria diseñada por UPN. Opinaron que la segregación de las participaciones en empresas no financieras suponía arrebatar al consejo de la CAN y al equipo técnico de la entidad, que gestionaba hasta entonces con acierto el conjunto de empresas participadas, el control de decisiones clave para el futuro de la entidad.

No obstante el apoyo del PSN permitió crear la corporación que en un plazo de tiempo breve dirigirá el pamplonés Enrique Goñi Beltrán de Garizurieta, hasta ahora subdirector general de Agrupación Mutua, la segunda mutua española. Goñi fue elegido en junio pasado para el cargo por designación directa del Ejecutivo foral.

Con mayoría absoluta

El pasado 18 de octubre el presidente de la CAN y del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, llevó al Consejo de Administración de la entidad, que su partido controla con mayoría absoluta, la propuesta de traspasar a la corporación industrial todos los activos industriales excepto las sociedades propias del sector financiero. Hasta ese momento la corporación sólo había recibido los activos industriales en empresas radicadas en Navarra.La iniciativa no salió adelante ya que ni el PSN ni el resto de los representantes de la oposición la apoyaron. No obstante, el pasado viernes Sanz logró sacar adelante la propuesta con el apoyo de los socialistas. Esto significa que a los activos industriales de CAN en empresas navarras se les sumarán todos las participaciones de la entidad en empresas o sectores nacionales.

La decisión de engordar a la corporación contó con el rechazo de los consejeros de IU-EB, EA-PNV y CDN y la abstención del representante de los trabajadores. Las explicaciones de Sanz de que será el Consejo de Administración de CAN el que siga adoptando las grandes decisiones de la Corporación Industrial, como los presupuestos o el plan estratégico de la misma, aún no realizado, convencieron al PSN, pero no a los demás. Éstos insistieron en que el plan estratégico debería ser presentado al consejo de forma previa, para debatir con mayor transparencia el futuro inversor de una institución pública como es Caja Navarra.

De hecho, las voces críticas insisten en que las decisiones estratégicas del día a día, como la toma o el abandono de posiciones en las empresas, las adoptará el consejo de la Corporación Industrial por su cuenta y riesgo.

Equipo diferenciado

Sanz baraja crear una estructura técnica de entre once a quince personas para gestionar las decisiones de la corporación en cuatro grandes áreas de negocio. Algunos partidos consideran que así se duplicarán gastos y plantillas, en un momento en el que los resultados de la entidad se han reducido un 17,6% (6.280 millones de beneficio hasta septiembre) en relación al año anterior debido a la fusión. No obstante, Sanz indicó al consejo de la CAN que el 75% de ese equipo procederá de la propia entidad financiera.Los grupos opositores recuerdan que CAN es la única entidad española cuyos órganos rectores no se han democratizado (EH, tercera fuerza política de Navarra está, además, excluida de toda representación por no rechazar la violencia) y consideran que a través de la corporación industrial se arrebatará al Consejo de Administración de la caja el derecho a controlar las decisiones estratégicas de inversión o desinversión de la entidad financiera.

"A la falta de transparencia en el funcionamiento del consejo se une incluso la reprimenda a quienes informan públicamente de sus decisiones, intentando mantener un oscurantismo impropio de una sociedad democrática, y más aún de una entidad pública de semejante envergadura", indica un parlamentario miembro del mismo que pide no ser identificado.

De hecho, el secretario de la comisión de control de CAN, el consejero de UPN José Ignacio Palacios, instó por escrito a los miembros del consejo su deber de no comunicar a nadie los contenidos de las sesiones, ya que sólo el presidente Sanz es el capacitado para hacerlo. La cuestión es que esas comunicaciones no existen casi nunca y no sólo la sociedad navarra, sino algunas veces los propios miembros del consejo que no pertenecen a UPN, se enteran por un determinado periódico cercano al Gobierno de trascendentales decisiones de gestión de la institución.