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La huelga de autobuses provoca el caos

El centro de Barcelona y la zona del litoral vivieron ayer una mañana en la que se rozó el colapso circulatorio. Los problemas de tráfico derivados de la huelga de autobuses, en su tercera jornada, y de un día lluvioso afectaron también al resto de la circulación urbana. El panorama, sin embargo, se complicó más en el centro por los cortes de tráfico que efectuaron varios grupos de conductores de autobuses que decidieron manifestarse en las calles. Sobre las once de la mañana, un grupo de unos 200 huelguistas -según la Guardia Urbana- cortaron el tráfico en el acceso a la Ronda Litoral a la altura de la Zona Franca, en dirección al Besòs. Caminando, llegaron hasta la salida de Ciutat Vella. A sus espaldas, ríos de coches esperaban a que despejaran la carretera. Otro grupo de huelguistas intentó cortar el tráfico en sentido inverso entrando por Josep Carner. No lo consiguieron porque allí se encontraron con un numerosos efectivos policiales que evitaron otro colapso, éste en sentido Llobregat. El encuentro se saldó con un enfrentamiento entre agentes y huelgistas. Al no conseguir su propósito, los huelguistas optaron por dirigirse hacia el Paral.lel y de allí caminar hacia la plaza de Espanya. A todo esto, el tráfico de acceso al cinturón, la montaña de Montjuïc y la zona portuaria había quedado casi paralizado.Mientras eso ocurría en el frente marítimo, otro grupo de huelguistas, más reducido, había emprendido otra marcha: desde la Zona Franca, por la Gran Via, hasta la plaza de Espanya. Pasada la una de la tarde, ese grupo se reunió con el que subía por la avenida del Paral.lel y cortaron al tráfico la calzada central y lateral de la Gran Via, y de la plaza de Espanya después. A continuación, emprendieron el camino de regreso.

Manolo S. Urbano
Manolo S. Urbano

La empresa y los conductores anularon ayer una reunión sobre la huelga de autobuses de Barcelona

DesinterésTodo eso ocurría después de que una reunión prevista para ayer a mediodía entre la empresa y los trabajadores se suspendiera. Los trabajadores dicen que tenían la intención de ir, pero que no pudieron porque la policía les barró el paso a la entrada de las rondas. La empresa asegura que se les estuvo esperando varias horas, que la dirección llamó al comité para ver si iban a ir y que éste respondió que no. Luego cambió de opinión, pero la dirección ya se había ido de la sede de la compañía. Finalmente, cuando los trabajadores llegaron a la sede de TMB, nadie tuvo interés en encontrar una hora para hablar y se convocó una nueva reunión para hoy a las 12.00 horas. Al salir de las oficinas, los representantes del comité de huelga afirmaron que la empresa no les había querido recibir. La versión de TMB, en cambio, fue otra: "Fijamos la reunión para mañana -por hoy- porque por la tarde la prioridad era la manifestación", explicó un portavoz de la compañía. Los responsables de TMB están, además, algo perplejos por la actitud de los trabajadores y de sus representantes sindicales desde que se ha iniciado este conflicto. Así, un portavoz de la compañía aseguró ayer que nadie del comité ha comunicado a la dirección que los trabajadores han rechazado su oferta. "Lo sabemos porque nos hemos preocupado de seguir los procesos y porque vemos que la huelga se ha hecho, pero no se nos ha comunicado oficialmente". La irritación de la empresa con el comité es tan palpable como la del comité con la empresa. Ambas partes se acusan de falta de voluntad negociadora. La compañía hizo públicas ayer las condiciones laborales de los conductores en huelga: 1.690 horas anuales, 267 días de trabajo y 27 días de vacaciones más otros cinco de libre disposición. En la misma nota se recogían las condiciones de los administrativos de TMB y de los motoristas del metro, ambos colectivos con 1.714 horas anuales de trabajo y 30 minutos más por semana. Pero la empresa tiene abierto un segundo frente: el Gobierno catalán. Una nota hecha pública ayer por TMB contiene duras acusaciones contra el Departamento de Trabajo, que es el que decide los servicios mínimos. "La Generalitat colabora con los huelguistas", dice TMB en el comunicado. Y prosigue: "La Generalitat demuestra despreocupación por los ciudadanos" y "demuestra poca sensibilidad hacia Barcelona". Para concluir con una advertencia especialmente grave: "La Generalitat es la única responsable de las aglomeraciones que se están produciendo en el servicio de metro y de las consecuencias que pudieran tener para la seguridad de los pasajeros esas aglomeraciones". La empresa ha pedido reiteradamente al Gobierno catalán que aumente los servicios mínimos, asegurando incluso que la huelga es ilegal. La única respuesta del Departamento de Trabajo fue la prolongación ayer de una hora y media de los servicios mínimos de la tarde, con el objetivo de facilitar el retorno a casa de quienes asistieran a la manifestación en protesta por el asesinato de Ernest Lluch. Esta prolongación estuvo temporalmente en el alero. Los trabajadores amenazaron con no cumplir estos servicios en protesta, afirmaban por el tratamiento recibido por parte de la policía cuando intentaron cortar la ronda Litoral. Más tarde, notificaron a la empresa que conducirían los autobuses, pero ofrecieron no cobrar esas horas a cambio de que el transporte fuera gratuito para los usuarios. Finalmente, los servicios mínimos se cumplieron si incidencias. Mientras tanto, la huelga está suponiendo, además de incrementos notables del tráfico privado, aumentos también importantes en el uso del metro, superiores al 15% en algunas de las horas puntas. Al mismo tiempo, los analistas del tráfico están estudiando lo que pasa en la calle con atención, para obtener conclusiones de la relación entre transporte público y transporte privado, al tiempo que temen por los resultados de la huelga porque resulta más difícil convencer a los conductores de que dejen el coche que de que vuelvan a cogerlo, por lo que será difícil recuperar los niveles de hace unos días, explicaba ayer un técnico de Vía Pública, "salvo que haya un colapso completo, el mejor método disuasorio para el conductor empedernido".

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