Interior reforzará la seguridad de los socialistas que trabajan por el entendimiento con el PNV

El Ministerio del Interior reforzará la seguridad de los socialistas que trabajan por el entendimiento con el PNV al convertirse en claro objetivo de ETA. El titular de Interior, Jaime Mayor, aceptó esta petición, que le formuló en la madrugada de ayer el diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba tras conocer el asesinato de Ernest Lluch por la banda terrorista. A su vez, José María Aznar conversó con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al que trasladó el pésame de su Gobierno a la familia socialista. Por el momento no habrá un encuentro entre ambos líderes.

Aznar y Rodríguez Zapatero acordaron mantener el diálogo entre el Gobierno y el PSOE a través de los cauces establecidos entre Mayor y el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, con Pérez Rubalcaba y el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera. Ambos reafirmaron la continuidad de los contactos, con varias conversaciones telefónicas, pese a las discrepancias de la última semana a causa del documento contra ETA que el PSOE pretendía que firmara el Gobierno. Mayor y Pérez Rubalcaba coincidieron en el análisis de que una de las líneas claras de actuación de ETA tiene como objetivo a los socialistas que trabajan por tender puentes entre el PSOE y el PNV, y que, además, cuentan con un pasado común de dilatada lucha antifranquista en la clandestinidad.

El ministro se comprometió a reforzar la seguridad de este sector contra el que atenta la banda terrorista para intentar romper los puentes entre nacionalistas y no nacionalistas. No obstante, Mayor admitió que el asesinato de Lluch le había sorprendido por el acercamiento de la víctima al nacionalismo, ya que, incluso, había llegado a entrevistarse con el líder de Euskal Herritarrok (EH), Arnaldo Otegi. El compromiso de Lluch había llegado al punto de integrarse en Elkarri, una organización pacifista muy influyente en los medios nacionalistas y con la que había colaborado en la constitución de una tercera vía para buscar una solución política en Euskadi, apurando las posibilidades de la Constitución.

Pero el asesinato de Lluch confirma una línea iniciada por ETA con el asesinato, el pasado 29 de julio, del ex gobernador civil de Guipúzcoa, el socialista Juan María Jáuregui, que trabajaba estrechamente con la ex secretaria de Estado de Interior Margarita Robles por el entendimiento con el PNV. Ayer, Mayor compartió con Pérez Rubalcaba este análisis.

Jáuregui y López de Lacalle

El asesinato de Jáuregui fue precedido, en mayo, por el del columnista José Luis López de Lacalle, también hombre de diálogo, aunque mantenía posiciones más críticas con el nacionalismo que Jáuregui o Lluch. El socialista José Ramón Recalde, al que ETA trató de asesinar en septiembre, es otro referente del antifranquismo vasco y, aunque muy crítico con la deriva soberanista del PNV, en su trayectoria como consejero de Educación del Gobierno vasco dejó una clara impronta de diálogo con el nacionalismo democrático.Pérez Rubalcaba unía ayer a esta lista al presidente del PSE, Txiki Benegas, que el 12 de mayo, a los pocos días del asesinato de López de Lacalle, denunció un intento de atentado contra él en la puerta de su domicilio donostiarra. Benegas hace meses que también trabaja por el acercamiento entre el PSOE y el PNV.