Los menores marroquíes vuelven al colegio público de Ceuta escoltados por la policía

Los treinta adolescentes marroquíes cuya escolarización había decretado la Fiscalía de Menores de Ceuta tenían que ingresar ayer en el colegio público Juan Morejón, y regresaron a las tres de la tarde a los pupitres, entre los constantes insultos y abucheos proferidos por unos cincuenta padres de alumnos. Un cordón policial, formado por una treintena de agentes, permitió la entrada de los menores, pero no pudo impedir que escuchasen los gritos de desprecio que la multitud les lanzaba: "¡No los queremos aquí!" o "¡Fuera del colegio de mis hijos!".

Un fuerte dispositivo de seguridad se desplegó en torno a la puerta principal del centro, una hora antes de la llegada de los menores. Al igual que el lunes pasado, día en el que deberían haber comenzado las clases, los piquetes de padres intentaron evitar la escolarización de los menores. Ayer se trataba de progenitores que se habían desmarcado de los acuerdos a los que por la mañana habían llegado las autoridades educativas y la asociación de padres de alumnos.La presidenta de esta asociación, Lourdes Mateos, se desvinculó de los insultos a los marroquíes y lamentó que "existan padres tan intransigentes que no quieren atender a explicaciones".

Fue el propio delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro, quien se encargó de recibir a los niños a las puertas del Juan Morejón. Moro también recibió insultos y calificativos despectivos por parte del numeroso grupo de adultos que se había apostado en los aledaños del recinto escolar, y que recibieron tanto al delegado como a los adolescentes con un malintencionado aplauso de bienvenida.

El delegado del Gobierno se mostró indignado por la actitud demostrada por el grupo de padres y la calificó de "lamentable espectáculo" que coadyuva a que Ceuta "no ingrese en el libro blanco de la convivencia". "Son intolerantes y protagonistas de un bochornoso espectáculo. Esos energúmenos no entienden que esas personitas que están en la clase tienen los mismos derechos que los demás, amparados por la Constitución Española", afirmó.

Moro reiteró que se trata de chicos "muy sanos, con una cartilla sanitaria perfecta y con un avanzado proceso de integración en nuestra sociedad", y destacó que los adolescentes serán objeto de un tratamiento escolar especial "debido a sus dificultades con el idioma". El delegado gubernamental confirmó que estos niños "no están desamparados ni en la calle, sino en un centro tutorizado, mientras las autoridades competentes localizan a sus padres para forzar el reagrupamiento familiar".

Los niños reciben desde ayer las cinco horas lectivas ordenadas por la Fiscalía de Menores, entre las tres y las ocho de la tarde, y, en tanto no se calmen los ánimos de la comunidad escolar, dispondrán de protección policial el tiempo que pasen en este colegio, donde serán atendidos por tres profesores, dos monitores y tres auxiliares. La Administración ha prometido igualmente que la estancia en el Juan Morejón será temporal y que se buscará un centro exclusivo para atender a los niños.

El director provincial del Ministerio de Educación, Pedro Gordillo, manifestó ayer su confianza en que lo ocurrido sea "una anécdota más y no un problema".