El Koldo Mitxelena rinde homenaje a Bach exponiendo el libro que le dedicó Chillida
El escultor vasco Eduardo Chillida plasmó en 1997 en un libro de artista su declarada admiración por el compositor Juan Sebastián Bach. Ilustró el singular homenaje con 11 serigrafías, un relieve original y algunas reflexiones sobre el arte y la obra del célebre músico. Ahora el centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián ofrece la posibilidad de aproximarse a este trabajo a través de una exposición que complementa el programa del Festival Bach.
La muestra, que se inaugura mañana, permanecerá abierta al público hasta el próximo 19 de enero en la Ganbara del KM, una sala que ha ganado en sobriedad para crear un clima de recogimiento. Ni siquiera las paredes distraen al visitante. Sólo la firma del compositor recuerda sobre fondo gris a quién está dirigido el homenaje. La atención se dirige de inmediato hacia el centro de la sala. Sobre una mesa alargada reposan las páginas del libro ideado por Chillida dispuestas en diez bloques. Junto a cada uno -la introducción, el epílogo y los ocho capítulos que se corresponden con otras tantas obras de Bach- el visitante puede encontrar unos cascos con los que escuchar las piezas del compositor mientras se admiran las serigrafías de Chillida. Es una exposición de atmósfera neutra, diseñada para poder tocar, "degustar con lentitud", según dijo ayer el responsable del Koldo Mitxelena, Frantxi López Landatxe, para pasar página sin miedo a estropear una obra de arte. Por eso las serigrafías, a las que acompañan facsímiles de partituras originales de Bach, se han recubierto de metacrilato.
El escultor realizó este libro de artista por encargo del editor francés Eduard Weiss, un gran enamorado de la obra del compositor, tanto como Chillida.
Año y medio de trabajo
El artista vasco y su hijo Ignacio, responsable de la edición de las serigrafías, trabajaron en el proyecto más de año y medio. El escultor buscó para acompañar su trabajo citas de autores como Goethe, Platón, Georges Braque, Paul Valéry o Marguerite Yourcenar sobre la obra del músico.Chillida intercala entre las serigrafías y las reproducciones de las partituras sus propias reflexiones. "Escultura y música tienen el mismo espacio sonoro y siempre naciente", dice en el capítulo dedicado a las Partitas y las Sonatas para violín. Y con los Conciertos de Brandemburgo se pregunta: "¿No son la construcción y la poesía componentes esenciales de todas las artes?" El tipógrafo François da Ros compuso estos textos manualmente, con plomo móvil e imprimió los facsímiles de las partituras. Fue además el responsable de la edición en prensa manual del relieve original que realizó Chillida.
Ésta es la primera vez que se muestra el libro en su integridad en San Sebastián. Sólo la Galería Altxerri había expuesto antes parte del trabajo. Por eso la familia Chillida manifestó ayer su gratitud. "Estamos muy contentos con esta exposición porque además es una manera muy original de presentarla", señaló Ignacio Chillida, quien reivindicó la importancia de no dividir las obras de arte: "Es un pecado el hecho de que haya gente que desmembra los libros. Son un conjunto, un todo que no hay que tocarlo".
El libro que se expone es propiedad de la Diputación de Guipúzcoa, el ejemplar 110 de una edición de 129, que se ha vendido en su integridad. Sólo la familia del artista y el editor disponen de algunos ejemplares. Por eso la muestra se presenta como una buena oportunidad para aproximarse a la obra de uno de los compositores más internacionales a través de la mirada de uno de los mejores artistas vascos.
Llega además en un momento cuando menos oportuno. "La exposición del Koldo Mitxelena", recordó ayer la directora foral de Cultura, María Jesús Aranburu, "tiene más sentido que nunca ahora que se conmemora el 250 aniversario de la muerte de Bach".
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