Las minas antipersona son desde ayer un mal recuerdo
El presidente José María Aznar asistió ayer a la destrucción de la última de las 849.365 minas antipersonas que dos importantes empresas españolas de armamento -Expal y Santa Bárbara- suministraron al Ejército antes de la entrada en vigor, el 3 de diciembre de 1998, del Tratado de Otawa, cuando España y otros 124 países se comprometieron a dejar de fabricar y destruir las minas antipersonas, probablemente las armas más detestadas del planeta. Con el simbólico acto que presidió ayer Aznar en el cuartel de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid), España cumple los plazos acordados en Otawa. El presidente del Gobierno anunció su propósito de convertir el Cuartel de Ingenieros en un Centro Internacional de Desminado, en el que técnicos españoles enseñarían a profesionales de otros países técnicas de desactivación. Aznar dijo: "Sería una contribución española para un mundo mejor".
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