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Miles de filipinos piden la dimisión de Estrada con una huelga general

Miles de filipinos, la mayoría con permiso de sus empresas para no trabajar, secundaron ayer una huelga general y asistieron a las manifestaciones convocadas por la oposición y el sector empresarial para pedir la dimisión del presidente, Joseph Estrada, acusado de corrupción.La concentración más numerosa tuvo lugar en los alrededores del palacio presidencial de Malacañang, donde unas 10.000 personas se congregaron en un ambiente festivo, que culminó con el encendido de una gran hoguera y la celebración de un concierto. En el barrio financiero de Makati, unas 5.000 personas acudieron a la protesta, entre ellas los operadores de la Bolsa de Manila. Los manifestantes portaron pancartas con eslóganes en los que exigían la dimisión del presidente y se escucharon consignas como "'Erap', mujeriego". Erap es el apodo con el que se conoce a Estrada desde sus tiempos de actor de películas de acción.

La jornada de protesta tuvo lugar un día después de que la Cámara baja del Parlamento filipino pusiera en manos del Senado el proceso de destitución de Estrada, quien será juzgado en diciembre por varios delitos de corrupción. El presidente está acusado de embolsarse más de ocho millones de dólares (unos 1.600 millones de pesetas) procedentes del juego ilegal y de comisiones de una empresa tabacalera. La huelga general y las manifestaciones de ayer fueron convocadas por la oposición, liderada por la vicepresidenta del país, Gloria Macapagal-Arroyo, con el apoyo del sector financiero y empresarial, lo que favoreció la asistencia de trabajadores y estudiantes, dado que muchas oficinas y escuelas permanecieron cerradas. Sin embargo, en Manila el transporte público funcionó con normalidad y los comercios permanecieron abiertos, algo que no ocurrió en las ciudades de Cebú y Davao, las mayores del país después de la capital.

Según una encuesta difundida ayer po Reuters, Estrada conserva el apoyo de la mayoría de los filipinos, aunque más de la mitad de la población del archipiélago critica su estilo de gestionar los asuntos públicos.

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