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Crítica:POP - PLACEBO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Rock inteligente

Baladas

Placebo

Brian Molko (voz y guitarra), Stefan Olsdal (bajo) y Steve Hewitt (batería). Sala La Riviera. 3.350 pts. Madrid, sábado 12 de noviembre.

Energía eléctrica en estado puro, irónicos, ambiguos, poéticos..., en una sola palabra: inteligentes. Todo eso es el trío Placebo en una época en la que los grupos de última generación no dejan traslucir, precisamente, mucha inteligencia en sus propuestas. Ver a estos londinenses, herederos del mejor rock de los setenta, los ochenta y los noventa, en directo es una experiencia que nunca defrauda.Sólo tres elepés han bastado para que alcanzaran un puesto destacado e indiscutible en la mitología de las bandas que nunca defraudan, que no sucumben al control de las modas y la mercadotecnia, pareciendo que realmente no les importan las ventas conseguidas: ellos a lo suyo. Todo eso se traduce en la convicción con la que encaran los conciertos.

En el de Madrid, la banda arrancó a sala llena con Black eyed y Days before you came, canciones de su último disco, el reciente Black market music, para continuar después por la senda del punk-pop relampagueante con una ráfaga de su segundo álbum, Without You I'm Nothing, compuesta por Allergic (To thoughts of mother earth), y Scared of Girls. A esas tempranas alturas del concierto el delirio y la entrega del respetable eran ya enormes y el grupo, arropado por un guitarrista-teclista de apoyo, unas luces francamente espectaculares y un sonido de gran calidad y a buen volumen, evolucionaba ya como pez en el agua con todo a favor.

Los temas potentes, con riffs insistentes, melodías típicamente british y voces herederas del mejor Bowie, fueron sucediéndose hasta llegar a la mitad de la actuación, momento en el que cayeron las baladas My sweet prince, dulcemente melancólica, y Commercial for Levi, un pedazo de canción de rock moderno.La primera despedida de Placebo se produjo con Special K, Without you I'm nothing, Slave to the wage. Pero el regreso fue inmediato, con unas palabras de agradecimiento de Brian Molko en un más que correcto castellano y una traca final de seis canciones de los mayores éxitos del grupo, que fueron subiendo el listón del interés cada vez más arriba hasta llegar al final, Pure morning.

El concierto de Placebo fue una buena experiencia de rock de la que resultaba imposible marcharse insatisfecho.

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