Una cita con un precursor del rock
El veterano 'rocker' estadounidense Link Wray finaliza en Bergara su primera gira española. Thin Lizzy, Teenage Fanclub y Pink Martini visitan Euskadi y Navarra. El madrileño Ángel Corella baila en Vitoria.
La gran pena de muchos jóvenes aficionados al rock es no haber podido ver en vivo a sus genuinos precursores. El paso del tiempo, el azar y los excesos se han ido llevando por delante a artistas como Elvis Presley, Buddy Holly, Eddie Cochran, Gene Vincent, Carl Perkins o Bill Halley; sin embargo otros sobreviven y pasan su tercera edad aupados a los escenarios. Es el caso de los pianistas Jerry Lee Lewis, Chuck Berry y Little Richard. Y también el de Link Wray que, como cierre de su primera gira española, actúa mañana en la sala Jam de Bergara como plato fuerte de la fiesta con la que la tienda de discos Bloody Mary de Irún celebra su décimo cumpleaños.El guitarrista estadounidense, en activo desde los años cincuenta, presenta con 71 años las canciones de su último elepé, Barbed wire. En él vuelve a poner su endiablada manera de tocar la guitarra al servicio de un rock and roll agresivo, pero de regusto clásico, del rockabilly, de los aires vaqueros y de los instrumentales que le han hecho célebre. De hecho, tuvo que especializarse en el género mudo tras perder un pulmón en la guerra de Corea.
La organizada por Bloody Mary será una fiesta de auténtico rock and roll con pocos precedentes por estos lares. Y es que su atractivo no se limita exclusivamente a la presencia estelar de Wray, ya que el cartel también incluye a la nueva banda de Deke Dickerson, antiguo miembro de Untamed Youth y The Go-Nuts, que ahora le da a un rock and roll claramente endeudado con los años cincuenta. También tocarán Church Keys, que llegan desde Nueva York con más rock and roll alocado con sabor añejo, y Phantom Surfers, que harán bailar a los presentes con su trepidante música surf.
Otra banda con una gran trayectoria a sus espaldas es Thin Lizzy, que mañana visita la sala Gares de Puente La Reina. Allí ofrecerá una actuación para muchos descafeinada, ya que no estará sobre el escenario su verdadero motor, Phil Lynnot, quien falleció en 1986. Sí subirán Scott Gorham, Darren Wharton, Marco Mendoza, John Sykes y Tommy Aldridge, los cinco músicos que desde 1994 defienden en directo el repertorio de un conjunto irlandés de hard rock que se disolvió en 1983. Desde 1969, grabó una docena de discos y plasmó temas como The boys are back in town, Jailbreak y Whiskey in the jar.
La sala Kafe Antzokia ha programado a dos formaciones extranjeras. Hoy se colocará bajo sus focos Pink Martini, formación de Portland (Estados Unidos) que se atreve con boleros, samba, jazz latino y canción francesa. Así sucede al menos en el disco que promociona, Sympathique, un trabajo en el que adapta piezas bien conocidas por el público español, como Amado mío y Qué será será.
El domingo, la sala bilbaína acogerá la música de Teenage Fanclub. Los escoceses presentarán las canciones del sexto elepé que editan desde 1990 (Howdy!), en el que vuelven a mostrar su buen gusto y su pericia a la hora de plasmar armonías vocales. Y es que las voces continúan siendo el punto fuerte y el principal atractivo de un conjunto que acaba de engrosar el catálogo de la multinacional Sony Music. Ésta pretende hacer negocio con su pop puro y duro, enriquecido lo mismo con intensos muros de guitarras distorsionadas que, en disco, con arreglos de cuerda.
Siguiendo con la música, pero cambiando de tercio, hay que destacar la presencia de la Orquesta Sinfónica de RTVE en el palacio Kursaal. Allí repasará esta noche, por segundo día consecutivo, un repertorio que incluye Don Quijote velando las armas (Oscar Esplá), Concierto para violín y orquesta (Francisco Escudero ) y Sinfonía nº 5 (Dmitri Shostakovitch). La dirección de la orquesta correrá a cargo de Enrique García Asensio.
En la oferta teatral del fin de semana figuran dos títulos clásicos: La vida es sueño, de Calderón de la Barca, y La fierecilla domada, de Shakespeare. El primero ocupará la cartelera del Teatro Arriaga hasta el próximo domingo, día en el que la adaptación de Calixto Bieito se despedirá del coliseo bilbaíno. Hasta entonces habrá tiempo para revivir, de la mano de 11 actores, una historia bien conocida -con quizá el monólogo más famoso del teatro español- sobre el peso del destino y la esencia de la realidad. Una lectura del drama que se presenta como "antropocéntrica, laica y pasional".
Mientras, el Teatro Principal de San Sebastián acoge una adaptación de La fierecilla domada pergeñada por Carlos Marchena y Teatro A. En ella el personaje de Catalina es trasladado a la actualidad, y en este entorno contemporáneo surge su oposición a la autoridad de su padre y de su marido, frente a la actitud sumisa de su hermana Blanca. La comedia de Shakespeare permite abordar cuestiones tan candentes y actuales como el maltrato, las relaciones personales y la igualdad entre los sexos.
Más osado es el montaje que la compañía Sexpeare representa en Navarra, al menos en su planteamiento, ya que Hipo es una historia en la que el profesor Sadex y su ayudante Rabón pretenden homosexualizar el mundo partiendo del mostrador de su sex shop. Una creación alocada, recubierta de plexiglás y "políticamente amorfa" que nace de la pasión de sus autores por los cómics más lascivos, la moda y las producciones de serie B. Tampoco rehuye la grosería y la sal gorda a la hora de provocar la risa, y eso es precisamente lo que espantará a más de un espectador.
También se cuentan citas atractivas en el terreno de la danza. Las evoluciones en escena de Ángel Corella podrán seguirse en el Teatro Principal de Vitoria. Acompañado por 10 bailarines argentinos, estadounidenses, ucranianos y rusos, el madrileño prestará su movimiento a pasajes de El lago de los cisnes, Romeo y Julieta y La bella durmiente, entre otros, y a la música de Mozart y Tchaikovsky.
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