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Asesinados un colombiano a tiros y otro hombre a puñaladas, con 9 horas de diferencia

Dos hombres -uno que aparenta 30 años y otro de 37- murieron ayer asesinados en plena calle, en dos extremos de la capital y en un intervalo de apenas nueve horas. El primero, supuestamente un colombiano, falleció de madrugada de dos disparos en la cara. El segundo, con el rostro desfigurado a golpes, murió de una puñalada en el costado derecho. Los crímenes no guardan relación entre sí, aunque la policía los atribuye a una misma causa: un ajuste de cuentas entre bandas delictivas, según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía y del Samur (092).

Cartera sin documentos

El estruendo de dos disparos quebró el silencio a las 2.45 de la madrugada de ayer en la esquina de la calle de San Ambrosio con el paseo de la Ermita del Santo (en el distrito de Carabanchel). Un hombre que aparenta unos 30 años recibió el impacto de dos proyectiles a corta distancia. Una bala le penetró por encima de la ceja izquierda y la otra le entró por la boca. Los disparos eran mortales de necesidad.Unos vecinos oyeron los disparos y avisaron de inmediato a la policía. Cuando los agentes llegaron al lugar del suceso se encontraron con el cuerpo del hombre tirado en la calle. Los sanitarios del Samur sólo pudieron certificar la defunción.

Los policías sospechan que el fallecido acababa de salir de una discoteca próxima al lugar del crimen, en la que a esas horas se había celebrado un concierto musical.

Los facultativos del Samur que acudieron al suceso trataron de reanimar al fallecido cuando aún estaba con vida. Pero les fue imposible, dada la gravedad de las lesiones que le causaron los disparos.

En el registro del cadáver la policía encontró una cartera con objetos personales, pero sin documentos que pudieran determinar la identidad del fallecido. Entre esos objetos había un recorte de papel en el que había escritos varios números de teléfono. En la mayoría de ellos respondían personas con acento colombiano, según fuentes policiales.Junto al cuerpo, los agentes encontraron las llaves de un coche, un Citroën Xsara, que estaba aparcado en las proximidades. Los agentes sospechan que los asesinos hicieron como que acompañaban al fallecido al coche para quedarse a solas con él y matarlo. El coche era de alquiler y estaba a nombre de otra persona.

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Apenas nueve horas después, a las 11.30 de la mañana, varios trabajadores de una obra de la avenida del Doctor García Tapia vieron morir a un hombre. "Medía alrededor de 1,70 metros, tenía el pelo moreno, la tez morena, vestía una chaqueta de color granate, pantalones y zapatos negros y un jersey azul", explicó uno de los obreros. "Parecía que venía huyendo del otro lado de la calle, de unos bloques que hay cerca de la rotonda de la M-40", explicó un trabajador que vio al fallecido antes de morir.

La víctima, natural de la localidad sevillana de Dos Hermanas, caminaba tambaleándose por la citada avenida, próxima a la confluencia con la autovía de circunvalación M-40. Se apoyaba en los árboles y caminaba con torpeza. Tenía una gran mancha de sangre en el costado derecho del cuerpo.

El hombre se adentró en un callejón, situado entre un edificio a medio construir y un inmueble de pisos ya habitado. Las fuerzas le flaqueaban y se apoyó contra la verja de un jardín para descansar. Ya desfallecido, cayó al suelo. Agonizó tendido boca arriba en la acera, a la vista de los transeúntes y los coches que pasaban por allí. El hombre fue torturado antes de sufrir la puñalada mortal. "Tenía la cara hinchada, deformada, como si le hubieran estado pegando palos sin parar durante un buen rato", explicó el trabajador. La puñalada mostraba un orificio de entrada pequeño, de unos tres centímetros, en el costado derecho del cuerpo, según explicó ayer un portavoz del Servicio Municipal de Ambulancias. La policía intuye que, o bien le asestaron la cuchillada por la espalda, o bien se la propinó un zurdo.

Su muerte obedece supuestamente a un ajuste de cuentas por un asunto de tráfico de drogas, pero no tiene relación alguna con el crimen del colombiano. El fallecido, identificado como Antonio L., de Dos Hermanas, tiene un amplio historial delictivo, fundamentalmente por tráfico de drogas y delitos contra la propiedad. El Juzgado de Instrucción número 30 de Madrid se ha hecho cargo del desarrollo de las diligencias para aclarar ambos homicidios.

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