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La incineradora quema un 50% más de basura y sube las emisiones tóxicas

Vicente G. Olaya

"Situación muy grave"

La incineradora de Valdemingómez ha aumentado en un 50% la basura que quema diariamente (de 600 toneladas a 900) desde que se puso en marcha, en 1996. Entre 1997 y 1999, los niveles de furanos y dioxinas -sustancias consideradas tóxicas que produce la combustión de la basura- aumentaron en un 25% (de 0,04 nanogramos por metro cúbico de aire a 0,05), aunque se encuentran lejos aún del límite máximo permitido por la Comunidad (0,1). El nivel de partículas en ese plazo subió en un 81%, aunque también alejado de los límites. A la luz de estos datos, recogidos en un informe del área municipal de Medio Ambiente, Julio Setién, diputado de IU, pide que se revise la licencia de apertura de la planta y exige la comparecencia del consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo, "para que explique esta situación".La Comunidad dio permiso a la planta en 1996 para que quemase 600 toneladas diarias de desechos urbanos con el fin de producir 2,1 millones de termias (unidades caloríficas). Con estos valores, los responsables regionales efectuaron los correspondientes estudios. Como los informes fueron positivos -no se superaban los límites de dioxinas y furanos establecidos-, la Comunidad dio el visto bueno. Pero ahora el Ayuntamiento reconoce que ha tenido que aumentar las toneladas de basura (de 600 diarias han pasado a 900) que quema para compensar la escasez de plástico en la basura que recoge en la ciudad. Los ciudadanos seleccionan cada vez mejor sus residuos, pero eso disminuye el poder calorífico de la basura urbana. Por eso, Valdemingómez debe quemar más, lo que aumenta la contaminación.

IU teme que la incineradora queme papel y aceite para compensar la falta de plásticos

El parlamentario considera la situación "muy grave" y exige que la Comunidad de Madrid revise el permiso de funcionamiento de la planta. "Si ahora reconocen que queman más residuos de los que anunciaron en 1996, cualquier día terminan reconociendo que la contaminación que producen también es muy superior", dice.El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, señala que el poder calorífico de la planta ha descendido notablemente en los últimos años, "debido a la buena marcha del plan municipal de recogida selectiva de basuras". García-Loygorri no descarta que en los próximos meses se aumente "hasta el máximo volumen" que puedan asumir los tres hornos de la incineradora. "Hasta que no sea capaz de quemar más", sentencia.

"No obstante", según el edil, "eso no significa que el nivel de contaminación haya aumentado, sino que, por el contrario, se mantiene o incluso ha mejorado. Seguimos estando muy lejos de los límites de dioxinas y furanos que nos fijó la Comunidad".

La Consejería de Medio Ambiente estableció el límite de 0,1 nanogramo (milmillonésima parte del gramo) de furanos y dioxinas por metro cúbico de aire expulsado. La planta emitió en 1999 una media de 0,05 nanogramos por metro cúbico, frente a los 0,04 que desprendía dos años antes, lo que significa un aumento de la contaminación por este tipo de sustancias tóxicas en un 25%. Igualmente, se ha producido un aumento en el número de partículas expulsadas a la atmósfera. De 7,1 microgramos de partículas por metro cúbico de aire en 1997, se pasó en 1998 a 10,6, y en 1999, a 12,9. El límite está establecido en 30.

El director general de Calidad Ambiental, Ignacio López-Galiacho, admite este aumento, pero asegura que en esas cantidades, tan alejadas de los límites legales y con valores tan reducidos, es "insignificante" y "casi imposible de medir".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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