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Más que una asociación

El activo grupo de mujeres de Muskiz cumple diez años con 470 vecinas asociadas.

Naiara Galarraga Gortázar

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... siete. Si usted pasea por Muskiz, por cada seis mujeres con las que se cruce, la séptima pertenecerá a la Asociación de Mujeres que nació en el pueblo hace diez años de la manera más tonta. Todo empezó por un cursillo sobre sofrología, esa técnica que estudia los efectos de la hipnosis o el yoga sobre el organismo. Hablando un día de esto y de aquello, el psicólogo municipal que lo daba les propuso a las asistentes que se organizaran. Los jóvenes, los jubilados y los políticos ya lo estaban y ellas no debían ser menos. Ahora son más que una asociación. Tienen 470 socias en un pueblo de 6.477 vecinos. Una penetración social que ya les gustaría al Athletic o al Barça.La primera actividad de lo que al principio se llamó la Asociación de Mujeres y Consumo Familiar de Muskiz fue un viaje de etxekoandres a Bilbao. "Entonces éramos ocho o diez". María Ángeles Diego era una de ellas. Fue la primera presidenta. Hoy, cuando ya van por la cuarta presidenta, sigue al pie del cañón. Todas la consideran la verdadera madre de la asociación, que esta semana conmemora su 10º aniversario con unas jornadas que incluyen una obra de teatro, un par de conferencias, una lectura de poesía, una exposición y una mesa redonda.

Las actividades organizadas en esta década han dado para mucho. Han evolucionado a la par que las inquietudes de las mujeres. Las integrantes de la asociación recuerdan con orgullo cómo hace años sirvieron de cauce para que se hablara del sida en los colegios del municipio. Ni cortas ni perezosas llamaron a dos ONGs para conocer la enfermedad. "Incluso hemos repartido preservativos", recuerda la veterana Diego con una risita pudorosa.

Pero es que estas socias, que el viernes pasado ultimaban los detalles de las jornadas, no le hacen ascos a ningún tema que afecte a la población femenina. Cuando asesinaron a las niñas de Alcàsser organizaron conferencias sobre malos tratos; cuando el polideportivo municipal comenzaba su andadura, dedicaron sus jornadas anuales al deporte.

También han montado charlas sobre sexología. Rescatan dos anécdotas tan distintas como ilustrativas. "Tuvimos una que era para hablar sobre los métodos anticonceptivos pero, como casi todas las asistentes eran mayores, acabó siendo sobre la menopausia", explica una de las mujeres que ahora ronda los cuarenta pero que se enganchó al grupo en la treintena, cuando el grueso de las socias pasaba de los 50 años. Aprovechan la ocasión para subrayar que lograr que las veinteañeras se unan a la asociación es "uno de los grandes retos" en este momento.

La otra anécdota tiene que ver con los hombres. "Una vez vino uno a una charla sobre sexología pero cuando se vio solo entre nosotras, se largó". Lo cierto es que pocos hombres se han acercado a la asociación, aunque ellas han intentado integrarlos. No obstante, recuerdan que el anterior alcalde fue uno de los que más les animó a hacer realidad la asociación y que el actual se estrenó en el cargo en otra edición de las jornadas.

También son las promotoras de un amplio abanico de cursillos tradicionales: de pintura, costura, teatro, manualidades, ganchillo... La última incorporación son los talleres de escritura. Las ideas no sólo se les ocurren a las miembros de la junta directiva. Las vecinas les hacen cantidad de propuestas.

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Las jornadas de hace unos años las dedicaron al tema mujer y moda. Organizaron un desfile en el que vecinas, vestidas por tiendas del pueblo, subieron a la pasarela. El encuentro sirvió para poner sobre la mesa la problemática de la anorexia y la bulimia. Ellas mismas montaron una especie de servicio de la mujer para ayudar a sus convecinas, que sólo dejó de funcionar cuando el Ayuntamiento creó uno como Dios manda. Tuvieron una asesoría jurídica que hubo que cerrar por falta de subvención. Y la actual concejal de Mujer, Elisa Gómez, salió de entre sus filas, apuntan satisfechas.

Manejan poco más de tres millones anuales. Tienen ayudas del Ayuntamiento, la Diputación de Vizcaya, Emakunde y la empresa Petronor, ubicada el municipio. Ahora, uno de los asuntos que les trae de cabeza son las largas listas de espera en ginecología. Ya se lo han hecho saber a Osakidetza.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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