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Malos tiempos para la cooperación

El Consell reduce a la mitad los fondos de ayudas destinadas al desarrollo del tercer mundo

La reducción a casi la mitad de los fondos que el Consell destina a la cooperación internacional no es más que una nueva mala noticia a incluir en la lista de desencantos que acumulan las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo (ONGD).Tradicionalmente, los distintos programas de ayuda que la Administración valenciana destina a las entidades que trabajan en la cooperación con el tercer mundo se canalizaba a través del poco ortodoxo método de generar deuda pública. Únicamente se encuentra recogido en los presupuestos de este año el programa de "fomento de actividades y proyectos de sensibilización social y educación para el desarrollo", dotado con 100 millones de pesetas, aunque por los pelos. El PP eliminó esta partida el año pasado. Sólo a última hora rectificó y, mediante una enmienda, los incluyó de nuevo en los presupuestos tras las críticas levantadas por las entidades de cooperación. El resto de ayudas se canaliza a través de deuda. Mediante esta fórmula, el Instituto Valenciano de Finanzas autorizó al Consell a que se endeudara hasta 2.500 millones de pesetas para cubrir sus gastos de cooperación durante este año. De esta suma salieron los 300 millones destinados a convenios específicos, los 15 millones para los jóvenes cooperantes o los 698 para programas bilaterales.

De estos 2.500 millones tenían que haber salido también los 1.300 que anunció la actual directora general de Cooperación, Pilar Mateo, para el programa de cooperación internacional al desarrollo, el plato fuerte de la ayuda de la Generalitat, dirigido íntegramente a financiar el 80% de proyectos que llevan adelante en el tercer mundo las ONGD. Sin embargo, el Consell se gastó este dinero en tapar el agujero de esta misma partida del año pasado, por lo que para este año, hasta la semana pasada no había fondos. A la inestabilidad de las ayudas a través de la figura de la deuda, los tradicionales retrasos en el pago y la incógnita de la fecha de la convocatoria de las ayudas se sumaba un nuevo obstáculo en el camino de la cooperación valenciana: el programa destinado al tercer mundo se quedaba sin dinero.

La solución a este callejón sin salida no llegó hasta el pasado 31 de octubre y de forma parcial. La propia Mateo comunicó a la coordinadora de ONGD que la Consejería de Hacienda había habilitado una partida de 1.186 millones para cubrir las ayudas al tercer mundo. No eran los 1.300 que se comprometió aportar para este fin, sino 1.000 millones, más otros 15 para la orden de jóvenes cooperantes y el resto destinados a cerrar pagos que quedaban pendientes de ayudas de los años 1998 y 1999 de diversas organizaciones. Además, el dinero de Hacienda contaba con un fuerte condicionante. En poco más de un mes se debía de haber resuelto las ayudas ya que, de otra forma, recuperaría el dinero y dejaría a las ONGD sin fondos. Frente al mes que otros años se otorga a las entidades para presentar proyectos, este año sólo cuentan con 15 días, que comenzaron a contar el uno de noviembre. Entre el 15 de noviembre y el 10 de diciembre, la dirección general de Cooperación tendrá que evaluar y resolver los proyectos, además de recabar la documentación complementaria que precise, es decir 25 días frente a un plazo previsto de cuatro meses. Estas prisas y los problemas que puede provocar la urgencia en la tramitación explican el miedo justificado de las ONG a quedarse un año más sin ayudas.

A todos estos problemas se suma quizás el mas importante. Por fin, atendiendo a las demandas que se sucedían anualmente tras la presentación de los presupuestos -y, fundamentalmente al objetivo de déficit 0 marcado por Madrid-, este año el Consell ha decidido incluir en un capítulo de gasto la cooperación y evitar recurrir a la deuda. Pero para sorpresa de las ONGD, además del proyecto de sensibilización, sólo ha incluido el programa de ayuda al tercer mundo. Así, frente a los los 2.311 millones de pesetas destinados por el Consell a ayudas al desarrollo que el vicepresidente primero, José Luis Olivas, presentó en las Cortes como aval de compromiso solidario del gobierno valenciano, los presupuestos para el próximo año, no van más allá de los 1.244.

Ante este escenario, el presidente de la coordinadora valenciana de ONGD, Julián Monleón, tiene muy claro que la salida a los malos tiempos por los que pasa la cooperación en valencia no tiene secretos: más fondos en los presupuestos y más recursos para una dirección general escasa en personal y medios.

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