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El Consejo de Seguridad Nuclear admite que no pudo acceder al reactor del 'Tireless'

PSOE, IU y ecologistas tachan de "protocolaria" la visita de técnicos del CSN al sumergible

Sirvió de algo pero sirvió de poco. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió ayer un comunicado sobre la visita, el pasado viernes, de dos de sus técnicos al submarino nuclear Tireless, varado en Gibraltar desde el 19 de mayo, en el que reitera la inexistencia de riesgo de contaminación radiactiva. El organismo independiente reconoce, no obstante, que "restricciones militares impidieron el acceso al recinto dónde se encuentra ubicado el reactor nuclear y el panel de control del mismo; por ello no se han podido verificar, de forma directa, el alcance de la avería".

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La visita al sumergible averiado por técnicos españoles fue solicitada en septiembre por el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, a su colega británico, Robin Cook, quién dio largas. Hubo que esperar a que la semana pasada el jefe del Gobierno británico, Tony Blair, viajase a Madrid para que, aparentemente, Londres diese su visto bueno de principio a esa solicitud.El CSN nunca se mostró entusiasmado con que sus técnicos subiesen a bordo. Su presidente, Juan Antonio Kindelán, dijo primero el lunes que él y su equipo no sabían nada de submarinos nucleares y, el jueves, un comunicado del organismo insistía en que una visita "no ofrecería (...) información suficiente".

Aun así el viernes por la tarde dos subdirectores del Consejo, el de emergencias, Juan Carlos Lentijo, y el de ingeniería, Antonio Munuer, se embarcaron apresuradamente rumbo a la colonia. El Gobierno español había presionado al CSN para que efectuase esta inspección del Tireless con la que intentaba tranquilizar a la opinión pública demostrando el nivel de la colaboración entre España y el Reino Unido.

El entusiasmo de los técnicos del Consejo era tanto más escaso que sabían de antemano que no podrían penetrar en el área secreta del sumergible en la que sólo entran ciudadanos británicos con una autorización especial de seguridad.

"Siempre se entendió", señalaba ayer un comunicado del Ministerio de Defensa británico, "que ni a los expertos españoles ni a los [contratados por el Gobierno] de Gibraltar se les permitiría el acceso al departamento del reactor". "Esto fue previamente acordado entre los Gobiernos británico y español". Otra condición consistió en que ningún oficial de la Armada española subiese a bordo del Tireless para no dar pie a las críticas del Gobierno de la colonia.

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A pesar de su "alcance limitado", la visita "ha tenido la utilidad", según el Consejo, "de verificar in situ el funcionamiento de algunos sistemas, así como las prácticas y la organización de la Armada británica para hacer esta reparación".

La inspección, concluye el comunicado del CSN, "permite reforzar las conclusiones anteriores sobre las condiciones de seguridad del submarino y no introduce ningún elemento que las modifique".

El organismo independiente vuelve, sin embargo, a reiterar su interés, manifestado ya el jueves pasado, por poder asistir "a la realización de las pruebas de comprobación de la idoneidad de la reparación", que no estará acabada hasta, como mínimo, la próxima primavera. La puesta en marcha del reactor será, según explicó el Consejo, el único momento en el que, si el arreglo no ha sido efectuado perfectamente, puede existir un riesgo de escape radiactivo.

El carcácter limitado de la inspección suscitó ayer una retahíla de críticas por parte de la Junta de Andalucía, de Izquierda Unida y de grupos ecologistas que prometieron seguir adelante con sus movilizaciones.

Para Alfonso Perales, consejero de Gobernación de la Junta, la visita fue "protocolaria y de cortesía" mientras que para el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, fue más bien de "complacencia". Martín Caballero, el alcalde que preside la plataforma cívica, la describía como "un gesto de cara a la galería" y el portavoz de Ecologistas en Acción, Juan Clavero, fue aún más lejos al calificarla de "tomadura de pelo".

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