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EL ESCÁNDALO DE LOS FONDOS EUROPEOS PARA FORMACIÓN DE PARADOS

El largo peregrinaje formativo de los parados

Mayor de 25 años, sin título universitario, en paro y con ganas de formarse. Ésta es la fotografía de la mayoría de los alumnos que, año tras año, asisten a los cursos de formación de parados que ofrece la Generalitat de Cataluña con la subvención del Fondo Social Europeo.Pero acceder a la información para poder realizar los cursos se convierte en ocasiones en una verdadera odisea que tuerce el itinerario profesional que se habían trazado previamente muchos candidatos. "Me apunté a dos cursos y seguí uno de técnicas administrativas porque era el que empezaba antes", explica David, de 25 años, uno de los 27.000 alumnos que se han apuntado a los cursos este año.

Muchos de los aspirantes a una plaza en los cursos se encuentran con amplias lagunas informativas, ya que los datos obtenidos no resultan eficaces. La falta de coordinación entre instituciones públicas y centros colaboradores conduce a los aspirantes a un laberinto de centros en el que es difícil orientarse.

El primer paso que puede dar el parado para lograr una plaza en un curso subvencionado es dirigirse a uno de los cinco centros de información profesional (CIP) que existen en Cataluña, (en Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona y Manresa), pedir información y rellenar un formulario. Estos centros tienen una amplia oferta: administración, servicios a las empresas, nuevas tecnologías, comercio, veterinaria, turismo, finanzas, mercadotecnia y diseño, entre otras materias.

Pero no siempre la información que ofrecen satisface las necesidades de los aspirantes. Por ejemplo, un desempleado que optase por realizar un curso de formación en el área de administrativo se encontraría en una sopa de direcciones y de centros organizadores que le conduciría a un auténtico laberinto.

De una lista con 16 direcciones de centros colaboradores privados que ofrece el CIP de Barcelona, algunos ni siquiera tienen teléfono al que dirigirse, y otros, después de llamar al teléfono de la lista, remiten a direcciones diferentes. ¿A qué se debe esta falta de sintonía en los datos? El servicio de atención al ciudadano de la Generalitat asegura que los CIP ofrecen "asesoramiento en el proceso de búsqueda de trabajo" y "acceso a los cursos de formación ocupacional", pero la realidad es bien distinta.

Por ejemplo, un redactor de este diario pudo comprobar que el centro C. E. Karmay, en la calle de Balcells de Barcelona, no impartía los cursos de administración de personal anunciados por el CIP, que debían haber comenzado el 18 de octubre. "Los de formación para mayores de 25 años los realizamos en el CEK de la calle de Nàpols", señaló un empleado de este centro.

Sin embargo, en el CEK tampoco se podía seguir el curso. Una secretaria de este centro precisó: "Este año todavía no ha comenzado, ya que no se han cubierto las plazas". Para arreglarlo, ofrece una carpeta con programas de otros cursos. La solución es apuntarse a otro que esté por comenzar. La secretaria advierte: "No organizamos todos los cursos que aparecen en la carpeta, sólo los que están señalados".

El centro se niega a ofrecer más datos sobre cursos de áreas diferentes a la administrativa. "La fecha de inicio no la podemos decir. Primero debe realizar la prueba de acceso y a continuación ya le informaremos".

A esta falta de coordinación entre el CIP y las entidades colaboradoras hay que sumar la inutilidad de solicitar información por teléfono. Quien atiende a la llamada remite sistemáticamente a otro teléfono. "Aquí no organizamos estos cursos", susurra una voz al otro lado del hilo.

Pero hay otras vías de acceso al margen del CIP. Los desempleados pueden dirigirse a las oficinas de trabajo de la Generalitat (OTG), que desde 1998 hacen las funciones del Inem y suman un total de 78 en el territorio catalán.

En las OTG obtener información tampoco es tarea fácil. Las ofertas aparecen en los tablones de anuncios. No obstante, sucede que en ocasiones la información que proporcionan las OTG no está centralizada en la oficina provincial del CIP, con lo que la dispersión de ofertas de cursos lleva al usuario a una situación de desconcierto.

En la práctica, el mejor camino para optar a estos cursos es consultar los anuncios de los periódicos. Ricard, un parado de 48 años, encontró así una plaza en el curso que actualmente realiza, y éste es el método que utilizan varios centros para ofrecer sus servicios.

Otros parados emplean cada vez más Internet para obtener información. A través de la página del Departamento de Trabajo de la Generalitat, www.gencat.es/treball, han encontrado el curso que más se ajustaba a sus necesidades. "Fue mi hijo el que me buscó los datos", explica Conxita, de 52 años.

El CIP también ofrece sus servicios a través de ServiCaixa, donde con una tarjeta de crédito se tiene acceso a las ofertas de los cursos para la formación de parados. "No por hacer un curso vas a encontrar trabajo", aduce Ruth, de 26 años, quien se muestra satisfecha con el interés prestado por los profesores de su curso, de técnicas administrativas en la gestión empresarial.

El perfil de los profesores es "variado", dice Olga Campmany, portavoz de la Subdirección General de Formación Profesional Ocupacional de la Generalitat, ya que "se ajustan a las necesidades del trabajo". Así, se puede encontrar desde un carpintero hasta un economista. La formación de parados se ofrece en 800 centros colaboradores.

Joan Guerrero

Cambio de sistema

Hasta ahora los cursos se han planificado según las ofertas que presentaban los distintos centros colaboradores sin tener en cuenta las necesidades del mercado. El Departamento de Trabajo quiere cambiar esta situación y para ello ha creado un foro de "encuentro de posturas", a través de 32 Mesas Locales de Ocupación para ajustar los cursos a las necesidades del mercado en las distintas poblaciones. Las mesas están compuestas por representantes de los agentes sociales, Administración municipal y los órganos de la Generalitat. "Estas mesas de ocupación estudian las necesidades de la comarca y elevan unas recomendaciones al sector empresarial", dice Olga Campmany, del Departamento de Formación Profesional. El objetivo es adecuar "la oferta de los cursos a lo que se necesita en las poblaciones", explica. Éste es el primer año que se ha llevado a término esta técnica, que ha supuesto un "cambio de orientación".Los cursos, que está previsto que concluyan el próximo 31 de diciembre, cuentan con un máximo de 15 alumnos y un mínimo de 12. Una portavoz de un centro colaborador privado afirma que "este año se han recibido tarde las subvenciones", situación que ha comportado el necesario retraso del inicio de los cursos. "¿Y qué van a hacer los cursos que tienen programadas unas horas determinadas?", pregunta. La portavoz de la Dirección de Formación Profesional Ocupacional sale al paso y defiende el nuevo sistema "más democrático y eficiente" del otorgamiento de subvenciones para cursos de parados: "Si un curso realiza menos horas de las previstas se le reduce la subvención".

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