Un ciclo y un libro repasan los clásicos del terror de la productora Universal

La productora Universal ha sido determinante en el desarrollo del cine fantástico y de terror; firmó entre 1929 y 1949 algunas de las películas más emblemáticas del género, universalizó mitos populares y literarios y creó una iconografía visual que aún hoy perdura. La 11ª Semana de Cine Fantástico y de Terror donostiarra le rinde ahora homenaje con un ciclo, que presentará hoy la hija del actor Boris Karloff, Sara, y un libro que repasa su época dorada y reivindica su actualidad.

El libro El cine fantástico y de terror de la Universal, en el que han participado una veintena de críticos y escritores, repasa el periodo clásico de la productora, ofrece una antología de sus filmes más emblemáticos y defiende la vigencia de su cinematografía. "No queríamos ofrecer una visión nostálgica", dijo ayer el escritor y crítico Jesús Palacios, "sino devolver a la Universal a la actualidad, recuperar una visión de la productora como algo tremendamente actual. Estamos viendo películas que son remakes y reflexiones sobre todo esto. Por ejemplo Dioses y monstruos, de Bill Condon".La publicación explica el fenómeno de la Universal desde distintos puntos de vista, analiza sus hitos cinematográficos, destapa las claves de sus películas más olvidadas, se detiene en sus mitos -Drácula, Frankenstein, el hombre lobo,...- y aborda aspectos como la música o la dirección artística. Todo en el análisis de firmas como Juan Antonio Molina Foix, Carlos Aguilar, Jordi Costa, Ramón Freixas, Ricardo Aldarondo o Begoña del Teso.

La historia del género comenzó a escribirse con Carl Laemmle, un inmigrante alemán con gran olfato para los negocios, que fundó en 1909 la Universal. La productora ocupó hasta finales de los años 20 una posición modesta. "Hasta entonces", recordó ayer Molina Foix, "se dedicó casi en exclusiva a lanzar al mercado títulos de serie B que reportaban cierta rentabilidad".

En 1929, tomó un nuevo rumbo. La entrada en la dirección del hijo de Laemmle, Julius, más conocido como Carl Junior, marcó el despegue de la firma y su decisivo giro hacia el cine fantástico y de terror. ¿El primer gran éxito? Drácula, un proyecto que acarició Junior desde el principio y que tras superar una cascada de Tod Browning. La recaudación de la película estabilizó las finanzas de la Universal. "El estudio", afirma Molina Foix en el prólogo del libro, "encontró por fin su tabla de salvación", gracias también al descubrimiento de Boris Karloff, el actor-monstruo por excelencia.

La Universal no sólo produjo grandes películas que han marcado la historia del género -entre ellas El doctor Frankenstein, de James Whale; La momia, de Karl Freund, o El hombre lobo, de George Waggner-; firmó además seriales como el mítico Flash Gordon y creó un auténtico star-system, con actores como Bela Lugosi, Lon Chaney o el propio Boris Karloff. Precisamente, su hija Sara presentará hoy en la Semana del Terror uno de los dos maratones dedicados a la Universal, en el que se proyectarán La torre de Londres, de Rowland V. Lee; El hombre lobo, de Waggner y Contra los fantasmas, de Charles T. Barton.