_
_
_
_

84.000 años esperando a Adán

Javier Sampedro

Hombres sin éxito

Algunas corrientes teológicas han acreditado una endemoniada habilidad para tensar, rizar o desfigurar la lectura de la Biblia de modo que las escrituras puedan adaptarse a los continuos y embarazosos descubrimientos que se empeñan en hacer los científicos. Pero esta vez, los investigadores de siete países dirigidos por Peter Underhill, del Laboratorio de Genética Poblacional Humana de la Universidad de Stanford (California, EE UU), se lo han puesto francamente difícil. Según sus datos, Adán vivió nada menos que 84.000 años después que Eva. Ahora se entiende que nuestra primera madre acabara por entenderse con una serpiente.¿Qué entienden por "Adán" y por "Eva" los científicos de Stanford? Los genetistas son casi tan aficionados al Edén como los curas, pero tienen una sólida razón para ello. En cada generación, los genomas del padre y de la madre se mezclan de modo irreversible, lo que complica considerablemente la utilización de la genética para explorar el pasado de la humanidad. Pero hay dos excepciones a esta norma: los genes mitocondriales, que se transmiten intactos y sin mezclas de madres a hijas; y los genes del cromosoma Y, que se transmiten, también sin mezclas, de los padres (varones) a los hijos.

La reconstrucción de un árbol genealógico que abarque a toda la humanidad actual se basa en un principio muy simple. Los genes van acumulando alteraciones (mutaciones) lenta pero inexorablemente. Por tanto, cuando los genes de dos personas actuales se parecen mucho, deben tener un antepasado común muy reciente. Si se parecen muy poco, su antepasado común debe ser muy antiguo.

Analizando de esta forma los genes mitocondriales de mujeres de todo el mundo, los científicos llegaron a deducir hace años que la Eva mitocondrial, la mujer cuyos genes mitocondriales aparecen hoy en todas las mujeres del mundo, vivió en África hace 143.000 años. Con un análisis similar, el equipo de Underhill ha deducido ahora que Adán, el hombre cuyos genes del cromosoma Y aparecen hoy en todos los varones del mundo, vivió también en África. Pero hace sólo 59.000 años. Los datos han sido obtenidos de 1.062 personas de todas las áreas geográficas del mundo, y son de una calidad excepcional.

¿Qué quiere decir esto? "Por supuesto, los hombres y mujeres de los que procedemos todos los seres humanos actuales tuvieron que coexistir en África", explicó ayer Underhill a este diario. "Pero el cromosoma Y muestra, en las poblaciones humanas actuales, una variabilidad mucho menor que los genes mitocondriales. Mi teoría es que el éxito reproductivo de los varones ha sido inferior al de las mujeres".Es decir que, en cada generación, más mujeres que hombres tienen descendencia. O, lo que es lo mismo, que cada hombre exitoso tiende a fecundar a varias mujeres, y que muchos desafortunados se quedan a verlas fecundar.

Otro de los investigadores principales de Stanford, Peter Oefner, ofreció esta explicación: "Hace 59.000 años, un solo cromosoma Y empezó a predominar. Todavía podemos verlo en algunos de los actuales habitantes de Sudán y Etiopía. Todos los demás cromosomas Y que venían de los tiempos de Eva, 84.000 años antes, se acabaron perdiendo. La razón de esto podría ser la selección sexual, es decir, que las mujeres preferían sistemáticamente a un tipo de hombres que tendían a llevar el nuevo cromosoma. O quizá esos hombres tenían alguna ventaja selectiva en la caza o en la lucha".

Los investigadores presentan hoy en Nature Genetics éstos y otros datos, de los que se infiere que la especie humana actual nació en África oriental hace unos 143.000 años, que 84.000 años después se impuso un nuevo tipo de macho, y que, hace tan sólo unos 44.000 años, un grupo de estos humanos modernos salió de África y colonizó el resto del mundo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_