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Merhige hace de 'La sombra del vampiro' una alegoría sobre el cine como arte más absorbente

La Semana de Terror proyecta hoy 'Deep in the woods', ganadora del Meliés de Plata

Maribel Marín Yarza

Elias Merhige defiende que el cine cambió el siglo XX y la vida de sus protagonistas. Quizá por eso recurrió a sus orígenes cuando se propuso hacer de La sombra del vampiro, "una película expresionista contemporánea". Se inspiró en el rodaje y las leyendas creadas en torno al Nosferatu del director F. W. Murnau -la primera gran cinta de vampiros de la historia- para proponer una original reflexión sobre la creatividad, la obsesión y el cine, "el arte que lo vampiriza todo" visto desde dentro.El realizador norteamericano presentó ayer La sombra del vampiro, dentro de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. No pudo hacerlo junto a John Malkovich, protagonista de la película junto a Willem Dafoe, porque el actor sufrió un ataque hepático que le impidió acudir a esta cita tal y como estaba previsto. Merhige desentrañó así en solitario las claves de ésta, su segunda película, después de la aclamada Begotten. La historia arranca en 1921 cuando Murnau (Malkovich) comienza el rodaje de su mítica película. Contrata para el papel de vampiro a Max Schreck (Dafoe), cuya actuación se relaciona con las extrañas muertes de los miembros del equipo que trabaja en el filme. El director plantea con este personaje "la delgada línea divisoria entre el actor que es el personaje mismo o el intérprete que está tan loco que va asumiendo poco a poco su papel en la realidad".

El juego entre las escenas en blanco y negro y el color convierten a la cámara de Murnau en el verdadero protagonista de la historia, en un singular vampiro que convierte tanto al realizador como a Max Schreck, en una especie de "marionetas ante una cámara, convertida en el Dios que les da la vida". Merhige hace así una película de una película, reflexiona sobre la figura del director como dictador, desmitifica las cintas de vampiros y reivindica "la creación de un nuevo mito: la cultura de la imagen".

La sombra del vampiro es una de las propuestas de sello norteamericano de un festival que condensa lo mejor del género europeo. Hoy pasará Deep in the woods, el primer largometraje del realizador francés Lionel Delplanque, ganador del Meliès de Plata a la Mejor Película europea del año que conceden los certámenes de cine fantástico y de terror del continente. Parte del premio se lo debe a su infancia, o por lo menos, a las lecturas que le marcaron. En Deep in the woods, plantea la confusión "que puede darse entre la realidad y los fantasmas de cada uno", a través con una alegoría del cuento de Caperucita Roja. "Todos nuestros miedos", dijo ayer, "tienen que ver con los relatos que nos contaron en la infancia, que son de verdadero terror aunque vayan con lazo". Delplanque plantea la historia de un extraño aristócrata que contrata a un grupo de jóvenes actores para representar el citado cuento ante su nieto. Las muertes se suceden...

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