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Entrevista:JOSÉ VIDAL-BENEYTO - COORDINADOR DEL PROGRAMA EUROPA-MUNDI

"Santiago será durante tres días capital mundial de la comunicación"

El programa Europa-Mundi es una ambiciosa iniciativa conjunta de la Unesco y del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, presidido por José Antonio Sánchez Bugallo. La gestión del programa la ha asumido el Consorcio de Santiago como administrador de la capitalidad europea de la cultura que ostenta este año la ciudad. La dirección intelectual se ha confiado a la Agencia Europea de la Cultura en la Unesco, cuyo secretario general, José Vidal-Beneyto, ha sido designado coordinador del mismo. El profesor Vidal-Beneyto es una conocida personalidad del mundo de la cultura, autor de numerosas iniciativas culturales, tanto como director general del Consejo de Europa en los años ochenta como del reciente Encuentro Mundial de las Artes, celebrado del 5 al 8 de octubre en el marco de la Generalitat Valenciana. Pregunta. ¿Qué se propone el programa Europa-Mundi?

Respuesta. Contribuir a poner en marcha un cierto número de proyectos que funcionen como respuestas operativas a algunos de los grandes interrogantes con que se enfrenta la sociedad, sometida a un incontenible cambio tecnológico y a una avasalladora presión mundializadora.

P. Hablar de respuestas operativas lleva a pensar que, lejos de la disquisición académica, se pretende ir a lo real y concreto.

R. Desde el primer momento ése ha sido nuestro terreno de juego. Pero, como dicen los científicos experimentales, entre los que estamos los científico-sociales, nada hay más práctico que una buena teoría. Tuvimos que delimitar teóricamente el contenido del programa y para ello lo segmentamos en cinco gandes áreas: el diálogo intercultural de los derechos humanos y la democracia; el espacio público mundial, los media y la sociedad de la información; la economía entre la dominación financiera y el desarrollo sostenible; la sociedad civil mundial, y la comunidad política internacional.

P. ¿En qué se diferencia este proceder del habitual en reuniones como los cursos de verano de las universidades?

R. No hablamos de coloquios académicos destinados a estudiantes, sino de encuentros-debate en los que participan científicos y responsables de la acción, cuyo objetivo es, por una parte, institucional -formular propuestas destinadas a las grandes organizaciones internacionales y a los decididores mundiales-, y, por otra, impulsar intervenciones concretas. Las contribuciones se envían antes a todos los participantes para evitar el aburrido recitado de monólogos. Por ello, su utilidad no depende tanto de la calidad del ejercicio intelectual de la Conferencia cuanto de la importancia de las propuestas y del lanzamiento de los proyectos generados.

P. ¿Cuáles fueron los temas debatidos y las propuestas realizadas en la conferencia sobre los derechos humanos, ya celebrada en Santiago?

R. Veintidós especialistas y una treintena de responsables de las grandes organizaciones de derechos humanos, de directivos de la Unesco y de la Comisión Europea, y de actores de terreno discutieron, entre otros temas, sobre la contradicción entre la vocación universal de los derechos humanos y la inevitable contextualización sociohistórica de sus formulaciones y sobre el dilema entre la deseable extensión de los derechos humanos y el riesgo de debilitamiento para los derechos cívicos y políticos.

P. Y ¿en cuanto a los proyectos ?

R. Adherirse a la moratoria de cinco años para la pena de muerte, formulando un plan conjunto para reforzar la acción de las organizaciones comprometidas en ella; preparar una Carta Mundial en la que se establezca una clara diferencia entre intervenciones humanitarias y acciones en defensa de los derechos humanos; redactar y difundir un manual de derechos humanos en los países en desarrollo, especialmente desde la perspectiva de las mujeres y los niños, y proponer la creación de un Tribunal Mundial de Derechos Humanos, entre otros.

P. ¿Cuáles van a ser las nuevas fases del programa?

R. Realizar las conferencias finales pendientes y, entre ellas, la relativa a El Espacio público mundial, los Media y la Sociedad de la información, también en Santiago de Compostela, del 16 al 19 de noviembre. La presencia de unos sesenta profesionales, entre responsables de medios -con nutrida participación de directores de diarios- y comunicólogos, permitirá abordar los grandes problemas de la comunicación. Los nuevos: el impacto y los riesgos de las últimas tecnologías y las posibilidades y contradicciones que genera Internet, así como la consideración de la comunicación como un proceso exclusivamente económico, cuando no financiero, que hacen de la rentabilidad el único criterio válido. Y los de siempre: la libertad de expresión, el acceso a la información, la defensa de los derechos del creador, sea autor de textos o de imágenes, etcétera. Con casos concretos, como el proyecto de convenio del Consejo de Europa sobre cibercriminalidad; el conflicto entre las grandes industrias culturales, en especial las de la música y los proveedores gratuitos de acceso a la Red, como Napstar. Sin olvidar el objetivo de la rentabilidad social, más determinante que la económica. Todo lo cual hará de Santiago durante tres días la capital mundial de la comunicación.

P. A partir de aquí, ¿qué camino se pretende seguir?

R. Las dos últimas conferencias, que abordarán La sociedad civil mundial y La comunidad política internacional, con el conjunto de propuestas derivadas de todas ellas, constituirán los elementos para diseñar una posible gobernación mundial.

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