_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

SEVILLANA Y EL SECTOR ELÉCTRICO La extraña estrategia del PP para Andalucía

La semana pasada, el día 16 de octubre, se decidió el futuro inmediato del sector energético y eléctrico español con el acuerdo de Endesa e Iberdrola, que controlan entre ambas la mayoría de la producción, distribución y venta de energía eléctrica. La empresa petrolera Repsol ha retirado discretamente sus intentos de realizar una opa hostil sobre la eléctrica vasca tras la mediación del Gobierno central. Los actores de esta decisión han sido: el Gobierno del PP, los directivos de las compañías Íñigo Oriol y el inefable Martín Villa, el banco de origen vasco BBVA, la BBK (la caja vasca), La Caixa (10% de Repsol, 5% de Endesa, 25% de Gas Natural) y Repsol. Una gran parte de los que han decidido esta operación han sido nombrados por el Gobierno del señor Aznar. Han tenido moderación en los objetivos y no han insistido en que este proceso también beneficia a los consumidores, exactamente como ha beneficiado a los usuarios la "liberación de los hidrocarburos". Es sólo un paso más en la mayor concentración empresarial controlada por el poder político del PP que se podía imaginar cualquier historiador de la economía española.El triángulo de la decisión, a favor y en contra, ha estado entre Madrid, el País Vasco y Cataluña. ¿Y Andalucía? Frente al retrato que presenta a Andalucía al margen de este importante proceso porque en el siglo XIX no supo engancharse a la modernización económica, como sí hicieron los ferrateros vizcaínos o los industriales catalanes, ahora se ha quedado marginada por una decisión política del Gobierno central, con la complicidad de políticos andaluces muy relevantes del propio Partido Popular. La desaparición por absorción de Sevillana de Electricidad por parte de Endesa, bajo el mandato del PP, fue denunciada por las centrales sindicales, partidos políticos de la oposición, en el Congreso de los Diputados por quien esto suscribe y por el Gobierno de la Junta de Andalucía.

Esta desaparición de Sevillana no aportaba ninguna ventaja para los intereses generales de Andalucía y tenía efectos negativos en materia de empleo, de investigación, de desarrollo, de aportaciones tecnológicas... Sevillana pasaba a ser una revendedora de energía eléctrica, con un mercado de más de siete millones de habitantes. Fue una decisión política revestida de explicación empresarial que descomprometía de manera definitiva a la primera empresa de Andalucía con el desarrollo económico de esta comunidad. Aún permanecen independientes la empresa Hidrocantábrico y la gallega Unión Fenosa, por si quedan dudas de la posibilidad de defender sus mercados.

En esta ocasión no fueron los políticos liberales o conservadores del siglo XIX de la Andalucía del caciquismo y de la molicie quienes dejaban que vascos o catalanes o amigos del Gobierno se quedaran con el futuro del sector energético... ahora son los políticos andaluces del PP quienes confirman con su incapacidad el papel subalterno e irrelevante que tienen en la política nacional. Con la llegada del PP al poder de España se ha producido una confusión entre el poder económico y político realmente inquietante y para Andalucía se quebró el gran esfuerzo de los gobiernos socialistas por corregir las diferencias con el resto de España.

Nunca ningún Gobierno, antes de la llegada del PSOE al poder, había acometido un esfuerzo mayor por articular el Sur peninsular con el resto del país. El mejor ejemplo es la construcción del primer tren de alta velocidad de España, mucho antes que el Madrid-Barcelona o el Madrid-Bilbao o el Madrid-Valladolid... proyecto ridiculizado por el presidente del Gobierno, señor Aznar, cuando le llamaban El rapidillo.

La derecha andaluza, lamentablemente para todos, carece de proyectos para Andalucía, y se encuentra cómoda y eficaz sólo en la bronca política. El último gran proyecto para enorgullecerse es el de boicotear la aplicación de la ley de Cajas, mientras tanto La Caixa catalana posee una de las mayores, saneadas y decisivas carteras industriales del Estado español.

ALFONSO PERALES PIZARRO

Alfonso Perales Pizarro es consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_