El País Vasco sólo aporta el 1,5% de los aspirantes a soldados profesionales
El ministro de Defensa, Federico Trillo, está preocupado. Las cuentas que se hicieron para desarrollar el proceso de profesionalización del Ejército no salen. Aunque la vocación militar entre los jóvenes se ha visto reducida año tras año en toda España, la palma se la siguen llevando el País Vasco, Navarra y Cataluña. De las 325.000 solicitudes cursadas desde que el año 1993 se realizó la primera convocatoria, sólo 4.950 provienen de Euskadi. Esto supone el 1,5% del total para una comunidad que representa el 5,3% de la población española.
Último sorteo
En su comparecencia en el Congreso del pasado jueves, Trillo destacó que será difícil cumplir la expectativa de contar con 85.000 soldados profesionales al concluir este año, aunque confía en que para finales del 2001 se llegue a los 100.000 efectivos. Pero ni siquiera la reducción de las exigencias físicas e intelectuales para las pruebas ha obtenido resultado. En los tres primeros llamamientos de este ejercicio que cuenta con cinco, se han recibido 27.000 solicitudes, frente a las 39.000 del año pasado y las 52.000 de 1998. De ellas, sólo 418 son de jóvenes del País Vasco y Navarra: 111 de Álava, 216 de Vizcaya, 91 de Guipúzcoa, y 32 de Navarra.El País Vasco, Navarra y Cataluña se han significado como las comunidades con menor seguimiento a las convocatorias de soldados profesionales, al tiempo que están a la cabeza de la objeción y la insumisión. Teniendo en cuenta su porcentaje de población y que un aspirante puede repetir convocatoria, estas comunidades han aportado, respectivamente, el 0,22%, 0,11% y 0,50% del total de solicitudes en el periodo 1993-2000. En contraste con ellas se encuentran Andalucía y Melilla con ratios de 1,22% y 7,7%, que han contado en este plazo con 90.000 y 5.000 solicitantes respectivamente. La primera, con una población que representa el 18% de la española, aporta el 27% de las demandas globales.
Las modificaciones se han centrado este año tanto en la rebaja de las exigencias físicas -se ha reducido la talla mínima de los aspirantes a los 1,55 metros de altura-, o el propio coeficiente intelectual, baremo que roza la deficiencia y que fue objeto de polémica hace varios meses. Pero la mayor falta de atractivo pasa también por la oferta económica de estos puestos, por lo que se ha anunciado su mejora. En las condiciones de la convocatoria se detalla que los salarios se mueven entre las 99.000 pesetas brutas de un soldado o marinero recién ingresado, hasta las 160.000 de un cabo primero con nueve o más años de antigüedad.
Al margen de las dos primeras convocatorias de 1993 a las que acudieron 712 solicitudes, y las 978 de 1994, la cifra siempre ha ido decreciendo hasta los 418 actuales. Por su parte, Guipúzcoa ha sido la provincia española con menos porcentaje de aspirantes sobre su población. Euskadi, junto con Cataluña y Navarra, suman el 22% de la población estatal y sin embargo, sus 37.000 solicitudes de los siete años de convocatorias apenas superan el 11% del montante total.
El próximo 8 de noviembre se desarrollará en toda España el último sorteo para la realización del servicio militar obligatorio y en él estarán varios miles de jóvenes vascos. Las cifras aún no están cerradas, pero serán 650 alaveses, más de 1.800 guipuzcoanos y hasta el momento, cerca de 3.000 vizcainos contabilizados. Los jóvenes que entren en este último reemplazo deberán licenciarse antes de diciembre del año próximo, fecha en la que se ha previsto entré en funcionamiento el Ejército profesional. Según fuentes militares, al margen de los que lo soliciten de manera expresa, ningún mozo será trasladado fuera de la península -Canarias, Baleares, norte de África- y la mayor parte de los mismos realizarán el servicio militar en sus territorios respectivos.
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