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Entrevista:

"CiU puede encontrar la estabilidad en Cataluña sin el PP"

Artur MasConsejero de Economía y portavoz del Gobierno catalán

Artur Mas i Gavarró (Barcelona, 1956), uno de los políticos emergentes del nacionalismo catalán, aparece en las quinielas como el 'delfín' de Jordi Pujol. A partir de noviembre, compatibilizará sus cargos en el Gobierno de CiU con el de secretario general de Convergència

El aparato de CDC se ha puesto a funcionar a toda máquina para convertir a este economista en el sustituto de Jordi Pujol. Mas opta a abanderar el nacionalismo catalán y a erigirse en el nuevo líder de CiU, aunque antes tendrá que ganarse la confianza de las bases y, sobre todo, batirse con su rival, el dirigente de Unió, Josep Antoni Duran Lleida. Mas presentó ayer su candidatura a secretario general convergente, en un momento en que el caso Pallerols (presunto uso irregular de los fondos de formación ocupacional) ha dañado seriamente las relaciones entre los dos partidos de la coalición. Entre las firmas que avalan a Mas figura la de Jordi Pujol.Pregunta. CiU votó a favor de la investidura de José María Aznar con el objetivo de crear un buen clima político. Pero las relaciones han empeorado. Tras siete meses de legislatura, ¿este apoyo ha dado ya sus frutos?

Respuesta. La respuesta es claramente no. Pero cuando se da un voto afirmativo a un Gobierno no es para seis meses, sino que en principio la voluntad es que dure toda la legislatura. Este voto sólo tiene sentido si los objetivos se cumplen total o parcialmente. Y en estos momentos el balance es desigual, tirando a negativo. Con las relaciones con el PP sucede como cuando te invitan a una casa: te dan de comer lo que no te gusta, no te escuchan demasiado y encima quieren que estés contento. Esta actitud es peligrosa porque el invitado puede marcharse. Y lo peligroso no es tanto irse ahora como que cueste volver en el futuro.

P. ¿Lo único que ha cambiado es la mayoría absoluta del PP?

R. Evidentemente, éste es el cambio más sustancial, lo que nos causa cierta incomodidad; no sólo por la mayoría absoluta, sino porque el PP la utiliza en una línea determinada. También es cierto que, sean cuales sean las mayorías que se establezcan en Cataluña, en los próximos años o meses, nuestra voluntad será colaborar con el Gobierno español.

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P. Pero el PP considera que haber votado la investidura de Jordi Pujol o los presupuestos ya es el pago a esta buena voluntad.

R. Es claramente insuficiente. En Cataluña no tenemos como objetivo que el PP nos garantice la estabilidad, porque en último término podemos encontrarla en otras fuerzas políticas. Si intentamos colaborar es porque queremos que estos objetivos se cumplan, y la mejor manera es manteniendo una buena relación. Difícilmente otras alianzas en Cataluña nos permitirían, a corto plazo, conseguir estos objetivos. Pero para que esto ocurra debe existir un clima que lo propicie. Si el PP cree que sólo con garantizar la estabilidad en Cataluña ya es suficiente, se equivoca por completo.

P. ¿Quiere decir que si el PP no hubiera votado la investidura de Jordi Pujol, CiU seguiría gobernando en Cataluña?

R. Estoy convencido porque, de acuerdo con los resultados de las elecciones, no hay un gobierno alternativo al de CiU. La única alternativa pasa porque todos se pongan de acuerdo contra nosotros. El PP debe decidir si quiere un presidente socialista, o el PSC un presidente del PP en Cataluña, y no creo que, hoy por hoy, esto sea factible.

P. ¿No cree que limitar una estrategia electoral a dos únicos objetivos, financiación y autogobierno, hace muy difícil justificar la colaboración con el PP si no se obtienen resultados positivos?

R. Los objetivos son cuatro. Los del ámbito autonómico son claros: la mejora del autogobierno dentro del marco de la Constitución y del Estatuto, y un sistema de financiación más justo y estable en un futuro. Los otros son garantizar la continuidad del progreso económico español y reforzar el Estado de bienestar. En estos dos el balance es positivo, pero si no avanzamos como mínimo en la financiación deberemos variar de estrategia. Si se configura una gran mayoría política en Cataluña sobre este asunto, la propuesta puede defenderse en los próximos meses -ya veremos con qué éxito- y en cualquier caso queda vigente para el futuro. En el futuro nadie sabe si el PP tendrá mayoría absoluta o si ganará las elecciones españolas.

P. Un acuerdo de estas características comportaría algo no deseado por CiU: un frente contra el PP en Cataluña.

R. Esto es prematuro. Nuestra estrategia es intentar llegar a un acuerdo mayoritario en Cataluña en materia de financiación. ¿Quién se sumará a él? Ya lo veremos. Tal vez nos llevemos sorpresas. Llegar a un punto de intersección no es nada fácil, porque significa que los partidos nacionalistas, ERC y CiU, tienen que modular un poco sus posiciones a la baja, y los partidos nacionalistas españoles, el PP y el PSOE, al alza. Sería muy interesante que estuvieran el PP y el PSOE, porque nosotros perseguimos un sistema de financiación que tenga estabilidad en el tiempo, y esto sólo se puede conseguir si estamos de acuerdo con los dos grandes partidos que lógicamente deben alternarse en el Gobierno español.

P. Pujol ya ha expresado su escepticismo sobre un acuerdo.

R. Mostrarnos pesimistas no es una buena manera de empezar la negociación. Apostar por un consenso significa también renunciar, aunque sea parcialmente, a algunas cosas que nos habíamos planteado. Pero a cambio se puede ganar en fuerza negociadora.

P. En el debate de política general, CiU votó en contra de reformar el Estatuto y la Constitución cumpliendo el acuerdo de investidura que firmaron con el PP. ¿CDC no teme que este pacto desnaturalice una parte de su esencia?

R. Mucho antes de que el PP tuviera mayoría absoluta, e incluso antes de que el PP diera su apoyo a la investidura del presidente Pujol, nosotros habíamos apostado por profundizar el autogobierno y mejorar la financiación. Nosotros no hemos cambiado y nadie nos impone nada. ¿Renunciamos definitivamente a reformar el Estatuto? No. Si el camino elegido no conduce al punto final que persigues, debes cambiar de camino.

P. Estéticamente, esta votación no les favorece...

R. No estamos en política por estética, sino por objetivos a largo plazo. Ni Maragall ni el PSC se atreverían a plantear una reforma sustancial del Estatuto.

P. Pero ellos la han votado.

R. Cuando el PSC se apunta a la reforma del Estatuto, una de dos, o únicamente es por estética, porque está en la oposición -y en este caso no se juega nada- o porque en el fondo la reforma es un punto y coma y poco más. Para hacer un remiendo en el Estatuto no merece la pena hacer nada.

P. Duran Lleida quiere abanderar el catalanismo político. Y usted, ¿qué quiere abanderar?

R. Si CDC no abandera el catalanismo político, ¿qué caray abanderará? Es nuestra razón presente y futura, y no renunciaremos a ello. Pero nuestra voluntad es hacerlo acompañados de Unió.

P. ¿Quiere abanderar el catalanismo político o el nacionalismo político?

R. Es exactamente lo mismo. No veo ninguna diferencia. Un catalanista es un nacionalista catalán, y un nacionalista catalán es un catalanista.

P. Pues hay quien ve diferencias y lo tiene bastante cerca.

R. Pues no debe creérselo del todo.

P. ¿A CiU no se le complica el panorama con el anunciado giro catalanista del PP?

R. No. Cuando hablo de la estética en política también sirve para el PP. Añadir una letra a un partido no te hace ser más catalanista, sino la práctica del día a dia, las decisiones y el compromiso con el país y su gente. En este sentido, el PP en Cataluña no ha mejorado demasiado su tradición histórica.

P. ¿Cómo se ve desde CiU la situación en el País Vasco?

R. Las circunstancias excepcionales exigen medidas excepcionales. Creo que Felipe González dio en el clavo cuando apostó por un gobierno de unidad, o sea, de las fuerzas netamente democráticas. Dicho esto, si algún día en ausencia de violencia y de coacciones el pueblo vasco se pronuncia mayoritariamente por un grado de mayor independencia, entonces se le deberá dejar que rompa amarras y respetar esta decisión. También digo esto por otra cosa: porque la unidad de España no es más sagrada que la vida de las personas que ETA está asesinando.

Consuelo Bautista

"Exigiremos responsabilidades por el 'caso Pallerols"

Pregunta. El Partido Popular defiende que debe superarse la etapa reivindicativa de CiU y hay que apostar por la mejora de la gestión. ¿Entiende mejor ahora el significado de estas palabras después del caso Pallerols?Respuesta. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Cuando el PP dice esto, en el fondo simplemente está dando una excusa porque lo que no quiere es que Cataluña tenga más competencias o más autogobierno.

P. La pregunta no era sobre el PP, sino si el Gobierno catalán está dispuesto a llegar, en este asunto, hasta el final.

R. Totalmente. Todos los mecanismos administrativos y judiciales están en marcha. Los administrativos dependen de nosotros y los ejercemos. Pero todas las cosas requieren un tiempo. Cuando pase un poco el soufflé de estos días se podrá comprobar que el control sobre los fondos de formación ocupacional ha sido siempre un control eficaz y exhaustivo. Si, además, en algún asunto concreto ha habido un mal uso de los recursos públicos, lo decidirán los tribunales en su momento y exigiremos responsabilidades. Pero nosotros lo que debemos hacer, desde la óptica de los controles internos del Gobierno y principalmente desde la óptica de la Intervención General, que depende del Departamento de Economía, es nuestro trabajo, y lo hemos hecho siempre. Tanto es así que antes de que se hablara de las empresas del señor Pallerols, nosotros, por iniciativa propia, hicimos un control de ellas en el año 1996. Detectamos unas cantidades que no estaban justificadas y solicitamos su reembolso.

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