_
_
_
_
LA CRISIS DE ORIENTE PRÓXIMO

El islamismo radical pide a la cumbre árabe de El Cairo la ruptura de relaciones con Israel

Ángeles Espinosa

Egipto intensificó ayer sus gestiones diplomáticas para tratar de encontrar un compromiso antes de la cumbre extraordinaria de la Liga Árabe, que hoy se inaugura en El Cairo. Las discrepancias, que no quedaron resueltas en la reunión ministerial del jueves, se centraban en el proceso de normalización con Israel: Siria y Líbano piden que se interrumpa y se reanude el boicoteo, Egipto y Jordania esperan limitar la respuesta a una reducción del tipo de contactos. Desde Beirut, una asamblea de dirigentes de Hezbolá, Hamás y Yihad Islámica pidieron a la cumbre la ruptura inmediata de relaciones.

Cerca de dos centenares de dirigentes islamistas y de izquierda árabes se reunieron ayer en Beirut para pedir a la cumbre la ruptura de relaciones con Israel y el uso del "arma del petróleo" para ayudar a los palestinos. Dado que Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, ha dejado claro que no va a cortar el suministro de crudo a Occidente, los islamistas sugieren que se dediquen parte de los beneficios a financiar la resistencia. Entre las organizaciones participantes destacan el grupo libanés Hezbolá y los palestinos Hamás y Yihad Islámica."El levantamiento en Palestina no requiere palabras de halago, sino una postura árabe que iguale los sacrificios de sangre", manifestó Hezbolá. Esta milicia, que con sus ataques logró la retirada israelí del sur de Líbano y a raíz de la última crisis ha capturado a cuatro militares israelíes, también pidió a los países árabes que abran sus fronteras para que pasen todos los que quieran luchar contra Israel.

"Espero una postura árabe unificada que ayude a los palestinos a reanudar el proceso de paz", declaró a EL PAÍS el ministro jordano de Exteriores, Abdalá el Jatib, sin mencionar la eventual suspensión de lazos. Sólo Egipto y Jordania mantienen relaciones diplomáticas plenas con Israel, pero algunos países más tienen contactos comerciales. Preguntado por el nuevo rebrote de la violencia, que ha causado al menos ocho muertos tras la cumbre de Sharm el Sheij, El Jatib dijo: "Para eso estamos aquí reunidos". Pero tanto dentro como fuera del recinto de la cumbre se cuestionaba la capacidad de los árabes para responder al incumplimiento israelí de los tratados firmados.

"Ni siquiera la creación de un fondo para ayudar a los palestinos está aún decidida", se lamentaba una fuente de un emirato del golfo Pérsico. "Pero el debate central sigue siendo la suspensión del proceso de normalización de relaciones con Israel", añadía, convencido de que la llegada de los jefes de Estado por la tarde iba a convertir la noche en el momento clave de la negociación. "Se va a cocinar el documento final", aseguraba.

"Esta cumbre no va a anunciar la guerra, pero apoyará a la resistencia", manifestó el jefe de la diplomacia yemení, Abdulgader Bagammal. Sus palabras daban una pista de por dónde iban las negociaciones, ya que Yemen había pedido con anterioridad a la cumbre que se armara a los palestinos. Todas las fuentes consultadas coincidían anoche en señalar que la declaración apoyará a los palestinos "tanto si desean proseguir la Intifada como si optan por las conversaciones, pero no tocará el asunto de las relaciones con Israel".

"En el mejor de los casos", explicó un palestino, "expresará la disposición a actuar si la situación empeora más, pero no hay que esperar nada drástico ahora". Sin embargo, una mera denuncia de Israel, como la realizada en la última cumbre árabe (1996), quedaría muy por debajo de las expectativas de los ciudadanos que, por primera vez en muchos años, han reaccionado al unísono en todos los países árabes.

"¿Dónde están las tropas árabes?", coreaban ayer los manifestantes a las puertas de la mezquita de Al Azhar, la principal institución religiosa del mundo árabe. Desafiando la ley de emergencia vigente en Egipto desde hace dos décadas y que prohíbe las manifestaciones, varios miles de cairotas aprovecharon la salida del rezo para expresar su solidaridad con los palestinos y su frustración por la actitud de sus dirigentes. Las octavillas increpaban al presidente Hosni Mubarak por invitar al primer ministro israelí, Ehud Barak, a la cumbre de Sharm el Sheij.

"Queremos que se cierre el centro cultural israelí; que se arríe la bandera israelí y se ice la iraquí; el fin de los ejercicios militares conjuntos con los norteamericanos; que Kuwait y Arabia Saudí dejen de apoyar a Estados Unidos y el Reino Unido en sus ataques contra Irak y que pongan en libertad a todos los estudiantes egipcios detenidos [la semana pasada]", explicó a EL PAÍS Acheraf el Bayuni, profesor retirado de la Universidad de Alejandría y una persona próxima a los Hermanos Musulmanes.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_