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El profesor Vittore Branca cree que sin unión cultural no se puede hacer Europa

El experto en Boccaccio cierra un congreso sobre el autor del 'Decamerón'

Amelia Castilla

Seis siglos después de su muerte en la Toscana, Giovanni Boccaccio sigue vivo. "El Decamerón es el clásico más traducido", argumenta Vittore Branca (Savona, 1913), ponente del seminario internacional sobre La recepción de Boccaccio en España, que ayer se clausuró en la Facultad de Filología de la Complutense de Madrid. La opinión de este profesor es que Europa no se puede construir sin la unidad cultural.

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El profesor de Literatura Italiana viaja acompañado de su esposa, Olga. A sus 87 años, el máximo experto en Boccaccio no siente ninguna pereza a la hora de abandonar su domicilio en Venecia y viajar donde haga falta para demostrar que el Decamerón, uno de los primeros éxitos de ventas de la historia de la literatura, está tan vivo como el clérigo italiano que tanto influjo causó en la literatura europea. "Hace un siglo, Menéndez Pelayo dijo que ningún autor había tenido un éxito en Europa tan inmediato como Boccaccio. Ni Dante, ni Petrarca, ni Shakespeare", argumenta el profesor de Literatura Italiana. "Apenas veinte años después de su muerte, su obra se tradujo al francés, latín, inglés y español. Fue el primer autor traducido a las lenguas europeas". Como anécdota, Branca recuerda que Tirso de Molina, cuando quería alabar a Cervantes, le denominaba como "nuestro Boccaccio español".La influencia como narrador del padre de la cultura clásica y humanista ha planeado sobre el congreso que se inauguró el pasado miércoles en Madrid y en el que han participado como ponentes cerca de una treintena de profesores llegados desde Zúrich, Ginebra y Turín, entre otras universidades europeas. Al congreso han asistido como espectadores cerca de un centenar de medievalistas, clasicistas e italianistas.

Vicios y virtudes

La visión del profesor Branca sobre la figura de Boccaccio no tiene nada que ver con los que apostaban por un Boccaccio moralista que destacaba los vicios y las virtudes de la humanidad, o los que le tacharon de escritor lascivo. "Un innovador y un revolucionario que no tenía miedo a las palabras y que representó a la humanidad con sus defectos y sus virtudes", dice Branca, que no se deja impactar fácilmente por las expresiones sexuales que utilizaba. "Desde el siglo XVII en adelante nos impresionamos más por las palabras que por los hechos".Boccaccio es un clásico que sigue estando de actualidad, pero ¿les dice algo a los jóvenes? Para el experto en la obra de este autor del medievo italiano la respuesta es afirmativa. Cuando en la Universidad de Padua impartía cursos sobre el autor del Decamerón, "el escritor de la liberación sexual y el que incorpora su realidad circundante a su obra", sus clases se llenaban. "Su fuerza pasa de generación en generación". Para apoyar su tesis cita a personajes influidos por su obra como Passolini, Tiziano, Rafael o Diagilev.

Branca, que fue miembro del Consejo de la Fundación Europea, dependiente de la Comunidad Europea, apunta que sin "unidad espiritual y cultural no se puede hacer Europa; lo primero es el alma, representada por la cultura, y luego, el cuerpo, integrado por la industria y la economía". Ésa era también la idea de Ortega y Gasset, un filósofo al que Branca conoció bien.

Para este profesor, que participó en la resistencia contra el fascismo y combatió en el Frente Toscano de Liberación al final de la II Guerra Mundial, la idea de Europa estaba quieta en los cincuenta, pero ahora avanza "lentamente", como lo demuestra el congreso que ayer se clausuró en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense.

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