Israelíes y palestinos pactan en secreto el fin de los enfrentamientos con la mediación de la CIA
Israelíes y palestinos han pactado un plan secreto para desactivar la tensión y poner fin a la Intifada. Según fuentes diplomáticas, el proyecto, elaborado con la mediación de la CIA, será aplicado de manera escalonada y culminará con el repliegue de los carros de combate israelíes de todos los territorios en un plazo de 48 horas, después de que los palestinos cesen en su Intifada. El plan cuenta, sin embargo, con la oposición abierta de los grupos radicales de ambas partes. Mientras, ayer se produjeron enfrentamientos en Cisjordania y Gaza entre grupos palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes.
El Gobierno de Israel se ha comprometido a dar el primer paso, dentro de un plan pactado con los palestinos para desactivar la tensión en los territorios autónomos. De hecho, las autoridades israelíes permitieron anoche la reapertura del aeropuerto internacional de Gaza. Pero también se disponen a desbloquear los pasos fronterizos de Erez, Rafah y Allenby, permitiendo así a palestinos recuperar la normalidad y restablecer sus comunicaciones y transportes con Israel, Egipto y Jordania, lo que conllevaría el fin del asedio impuesto desde hace 19 días, la entrada de alimentos y de ayuda humanitaria.La segunda parte del programa de pacificación prevé la retirada general en las próximas 48 horas de todo el armamento pesado desplegado en torno a las ciudades palestinas de Cisjordania y Gaza. El repliegue de los carros de combate hasta sus cuarteles se iniciará, según los proyectos de Barak, en Nablús, al norte de Cisjordania, una de las ciudades más castigadas durante la Intifada. Los palestinos se han comprometido, por su parte, a una contrapartida clara: poner fin a la violencia callejera.
Los detalles técnicos de este plan escalonado del repliegue israelí y de las consiguientes contrapartidas palestinas fueron estudiados y pactados por los responsables de seguridad del Gobierno de Israel y por los mandos policiales de Yasir Arafat en una reunión secreta del Comité Tripartito de Seguridad, celebrada al mismo tiempo que se desarrollaba la cumbre de Egipto, aunque los primeros contactos se iniciaron antes.
La reunión estuvo presidida por el jefe de la CIA, George Tenet. El jefe de los servicios secretos norteamericanos se ha comprometido a supervisar personalmente el cumplimiento de este acuerdo, contando para ello con la ayuda del responsable de la CIA en Tel Aviv.
La distensión puede, sin embargo, estrellarse contra las amenazas de los grupos radicales palestinos de continuar con la lucha. Los Tanzim la milicia de Al Fatah, dirigida por Marwan Barghouti, ha anunciado ya su intención de seguir al frente de la revuelta "mientras continúe la ocupación israelí" y hasta "lograr la independencia de Palestina". El jefe de los Tanzim afirmó: "No hay ninguna razón verdadera para poner fin a la Intifada".
Amenazas de Hamás
Las amenazas de los Tanzim se encuentran respaldadas también por los movimientos islamistas palestinos, especialmente por Hamás, que ayer anunciaba en Gaza su intención de proseguir con la revuelta. "Los acuerdos no nos afectan, por que han sido impuestos por Estados Unidos e Israel al pueblo palestino y no responden a sus esperanzas", aseguraba ayer el jeque Ahmed Yassin, líder espiritual de Hamás.La voluntad política de estos sectores radicales palestinos de continuar con la Intifada coincide además con el sentimiento de frustración y el ansia de venganza de una parte importante de la población palestina, que consideran que los acuerdos alcanzados en Egipto no son más que un parche para una situación insostenible, ya que en el fondo continuarán sin tener un Estado propio.
Esta sensación de desengaño y de rabia impulsó ayer a decenas de palestinos a enfrentarse a los soldados israelíes ante el puesto fronterizo de Erez, mientras reclamaban su reincorporación a sus puestos de trabajo en Israel. En el enfrentamiento murió un policía palestino y una docena de manifestantes resultaron heridos. Otros incidentes similares se registraron en Belén, después del entierro del adolescente muerto el día anterior, cuando la comitiva fúnebre dirigió sus pasos a la Tumba de Raquel, custodiada por soldados israelíes, contra quienes lanzaron una lluvia de piedras.
A última hora de la noche, los palestinos denunciaron un lanzamiento de cohetes por parte del Ejército israelí sobre el campo de refugiados de Rafah, al sur de Gaza, donde el día anterior se habían registrados sangrientos enfrentamientos. El Ejército israelí lo desmintió poco después.
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