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Arafat y Barak pactan un frágil alto el fuego en Oriente Próximo

Israel acepta el repliegue de sus tropas

El primer ministro de Israel, Ehud Barak, y el líder palestino, Yasir Arafat, aceptaron ayer un frágil acuerdo para un alto el fuego en Oriente Próximo en la cumbre celebrada en Sharm el Sheij (Egipto), después de 30 horas de discusión. Bajo la presión de Bill Clinton y Hosni Mubarak, presidentes de EE UU y de Egipto, respectivamente, los dos dirigentes se comprometieron a adoptar "medidas concretas e inmediatas" para acabar con la violencia. Clinton admitió que queda mucho camino por recorrer para encauzar el proceso de paz.

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El primer ministro israelí aceptó el repliegue de sus soldados a las posiciones anteriores al 28 de septiembre, cuando se iniciaron los disturbios. El presidente palestino le prometió, a cambio, restablecer el orden en los territorios bajo su control. "Reparar los daños llevará tiempo, y tendremos que trabajar duro para consolidar lo acordado", dijo Clinton. Para Mubarak, "el resultado tal vez no satisfaga las expectativas de nuestro pueblo, pero sienta las bases para ir más allá si hay buenas intenciones". Además de Clinton y Mubarak, la cumbre contó con la importante ayuda del rey Abdalá de Jordania, del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y del alto representante europeo para la Política Exterior, Javier Solana. La declaración final incluye los tres objetivos que los mediadores internacionales se habían fijado: el restablecimiento de la calma, la formación de un comité que estudie el origen de la explosión de violencia y el compromiso de volver a las negociaciones de paz. "La verdadera prueba de todo esto será su puesta en práctica", manifestó Barak antes de volver a Jerusalén. El fin de la revuelta ha sido pactado con ayuda de la CIA, y prevé la retirada de los carros de combate israelíes en un plazo de 48 horas, después de que cesen las manifestaciones. Los grupos radicales palestinos anunciaron ayer su oposición frontal a los acuerdos de la cumbre y su voluntad de mantener viva la Intifada.

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